domingo, 3 de julio de 2011

Agresiones a personal sanitario: ¿Por qué? ¿Hasta cuando?

Hace tres días me encontraba en el centro de Salud de Palma del Río en una reunión cuando llegaron comunicándonos la agresión a dos facultativas por parte de una paciente.
Quienes trabajamos cuidando la salud de las personas, somos personas en todos los sentidos. Tenemos sentimientos, somos responsables, intentamos hacer nuestro trabajo lo mejor posible, buscando la satisfacción de los usuarios (un alto porcentaje de ellos no son usuarios sino "abusuarios"), procuramos cumplir con los objetivos de la empresa en la que trabajamos, nos sacrificamos enormemente, reconocemos nuestros errores, que como humanos todos tenemos, pero también tenemos DIGNIDAD.
 No tiene explicación que alguien agreda a un profesional de la Salud, y por supuesto en ningún caso, puede justificarse. Como tampoco debe irse "de rositas" quien lo haga, incluso si lo realiza bajo los efectos de alguna circunstancia vital negativa.
Nuestros superiores, nuestros jefes, la Administración debe velar porque estos actos de agresividad no se repitan y debe sancionar a quienes los ejecutan. Debe cuidar a sus trabajadores, debe mimarlos, debe protegerlos, debe animarlos tras un
 trance tan humillante como este, deben ser arropados por todos.
¿Qué puede influir en la mente de una persona para que se atreva a revolverse contra alguien cuya principal ocupación es cuidar de la salud de aquella, en particular, y de sus semejantes en general? ¿Son conscientes los agresores de esta última frase? ¿Tienen interiorizada esta realidad?¿Se han desvirtuado tanto los valores que se ha dejado de reconocer lo obvio?
Durante años y años, desde la célebre frase que relacionaba las alpargatas con los médicos, pronunciada por un ilustre mandatario del momento, la imagen y la labor de los sanitarios, y en especial la de los médicos, no solo no ha sido reconocida y potenciada, sino al contrario banalizada y desprestigiada. Esta sinrazón no ha sido corregida. Al contrario, se sigue cargando sobre nuestras espaldas, siempre sobre la de los mismos, más responsabilidades, más tareas, ampliando continuamente la cartera de servicios, sin aumentar la plantilla de profesionales. No es bueno responsabilizar solo a los que DAN y pedirles cada vez más. Es necesario comenzar YA, DE UNA VEZ, a pedir a los que RECIBEN: educarlos y hacerlos conscientes de su importancia en el mantenimiento del Sistema Sanitario Público Español. Que por la parte de los trabajadores llevamos mucho, mucho, mucho tiempo luchando y esforzándonos en ofrecer unas carteras de servicios cada vez más amplias y eficientes; pero no se puede seguir así mucho tiempo si además, con el mismo personal, nos aumenta el trabajo, nos disminuyen la nómina, se nos sigue ignorando en la toma de decisiones obvias y básicas, no se nos reconoce nuestra labor, y para colmo se nos agrede.
Me satisfizo ver, al día siguiente de la agresión de Palma del Río, que cuando los trabajadores del Centro de Salud de Fuente Palmera nos salimos a la puerta a expresar nuestra protesta con un minuto de silencio, cómo las personas que estaban en las salas de espera se unieron a nosotros, como se puede ver en las fotos que hice en ese momento,
y también salieron a protestar calladamente contra algo que la mayoría no entiende por qué ocurre y por qué no se termina de una vez con estas situaciones tan denigrantes.