martes, 25 de enero de 2005

Salvad Fuente Palmera

28 de Enero de 2005

Dr. Bernabé Galán Sánchez
Médico de Fuente Palmera
Presidente de la Comisión de Ética y Deontología Médica


Hace unos días los médicos de Fuente Palmera escribíamos un manifiesto pidiendo medidas urgentes para evitar tantos accidentes de tráfico.
Perder la salud es lamentable, pero perder la vida es atroz doblemente sobre todo si es un joven quien se la deja en el asfalto. Se siegan dos existencias: la del que desaparece y la de los familiares que permanecen.
En menos de un año ha habido muchos accidentes en la Colonia de Fuente Palmera y han muerto en algunos de ellos varias personas. No creo que esto haya ocurrido en otros municipios de nuestra provincia o de Andalucía.
Estos sucesos han de tener una explicación. Hay que preocuparse en conocer por qué ocurren. Algo está fallando.
Cuando nos enteramos que se ha creado un foro para tratar el fracaso escolar y mejorar la educación, nos congratulamos enormemente. Hemos visto con gran decepción que el magnífico manifiesto en pro de la mejora de la educación en La Colonia, apoyado incluso por la Delegación Provincial de Educación, haya sido criticado y no apoyado o se han abstenido precisamente las fuerzas políticas que más debieran solidarizarse y sensibilizarse en este tema, sin dar ni proponer ninguna alternativa. Cuando, últimamente, observamos que las noticias de nuestra Comarca se basan fundamentalmente en dar titulares negativos de Fuente Palmera por parte de un grupo político que más que denunciar anomalías más bien tendría que colaborar en subsanarlas, redimiendo así la parte de culpa que le corresponde por su generación. Cuando observamos cómo se han ido deteriorando muchos aspectos de lo que para muchos es un privilegio, como es la convivencia en el medio rural. Cuando vemos todo lo que está ocurriendo, no tenemos más remedio que salir a la palestra y reivindicar lo que siempre hemos tratado de cuidar: la SALUD.
Salud es vivir tranquilo, feliz contigo mismo y con los demás, contento con tu trabajo, teniendo seguridad en tu futuro y en el de los tuyos, conocedor de la historia de tu tierra y orgulloso de ella, tener la oportunidad de trabajar en el desarrollo de tu pueblo, poder dormir sin ruidos, hablar libremente, expresar sin miedo tus opiniones, pasear, tener la oportunidad de hacer deporte y llevar una vida saludable, y un montón de cosas más, por supuesto el no padecer enfermedad ni accidentes.
Precisamente estos últimos ocurridos en Fuente Palmera piden a gritos unas soluciones en las que tenemos que implicarnos todos: instituciones, profesionales, vecinos, partidos políticos, etc. Lo que está ocurriendo, lamentablemente, se puede intuir o anticipar deambulando por nuestras calles. El caos urbanístico heredado unido a la casi absoluta ausencia de respeto a las más elementales normas cívicas, ya que no las de tráfico, hacen que además de insoportable la vida en nuestros pueblos se pueda predecir los accidentes y los altercados: quien se salta a la torera las prohibiciones de aparcamiento y obstaculiza el tráfico; quien no respeta los límites de velocidad y pone en peligro la vida de los peatones que cruzan cualquier calle; quien no respeta el silencio y lleva escape libre en su moto o los altavoces de su coche a todo volumen, no respeta a los demás.
Es precisamente la falta de respeto lo que hace peligrar la convivencia y la que pone en peligro la vida: la suya propia y la de sus vecinos. Quien no respeta a los demás tiene muy difícil la concepción del constructo de auto-respeto y por ello tiene fácil la exposición y pérdida de su integridad física e incluso de su vida.
¿Quién es el responsable de todo esto? ¿A quien culpar de lo que ocurre? Unos señalarán a los otros y los otros a los unos (¿o sería mejor escribirlo con “h”?) Lo que sí es cierto es que hay que hacer algo. No podemos cruzarnos de brazos mientras nuestros jóvenes se van matando en nuestras calles y carreteras, o se quedan sordos, o abandonan los estudios, sin pensar en el futuro, sin prepararse para el futuro.
Fuente Palmera, gracias a su moderno y singular plan de regadíos, estaba destinada desde 1980 a ser la California europea, y dio sus primeros pasos para conseguirlo. Sin embargo conforme ha ido pasando el tiempo el desarrollo previsto ha desacelerado su ritmo y otras poblaciones a las que llevábamos ventaja nos han alcanzado, e incluso adelantado hurtándonos proyectos que podrían haberse desarrollado en nuestro municipio.
¿No se dan cuenta nuestros representantes de lo que está ocurriendo? ¿No conocen la idiosincrasia de nuestro pueblo los organismos provinciales y autonómicos? ¿No saben que el tejido social, empresarial y humano de nuestra tierra es genuinamente productivo, emprendedor y dinámico, y que necesita ayuda y apoyos suficientes para construir una provincia y una Andalucía mejor con la ayuda del peso específico de nuestra Colonia?
Con este escrito quiero llamar la atención de todos los responsables políticos, y no solo a quien gobierna, ya que tanta responsabilidad tiene quien ostenta el poder como quien sin ostentarlo lo posee en otras instancias y no sabe aprovecharlo en beneficio de su pueblo. Todos tienen, al unísono, que tomar medidas eficientes para solucionar la situación. Los médicos somos conocedores de la mayoría de las situaciones familiares, sociales, económicas, de los problemas, de las alegrías y de las penas de nuestra población; de sus inquietudes, desvelos, proyectos y decepciones. Confían en nosotros. Por eso tenemos que ser solidarios y dar la cara ante la adversidad.
En estos últimos días la fatalidad se ha vestido de luto para una familia que ha perdido un miembro joven a causa de un accidente de tráfico. Aunque el manifiesto de los médicos, hecho público recientemente, incide especialmente en el tráfico, no queremos olvidarnos de la situación general de estancamiento de nuestra Colonia. Queremos elevar nuestro grito reivindicando medidas que eviten más muertes inocentes. Porque en muchos casos, aunque sea culpable el afectado, es inocente por no haber podido desarrollar sus capacidades, ya que por comodidad o desidia de algunos, mezcladas con la ignorancia y desconfianza de otros, sumadas a la intolerancia de la juventud y a la incomprensión de los mayores, todo catalizado por la falta de comunicación y la desinformación, elaboran un caldo de cultivo en el que crecen rápidamente las situaciones de peligro en cualquier circunstancia o situación de sus vidas.
Desde aquí quiero invitar a unos a actuar y a otros a colaborar, con un llamamiento que resumo en tres palabras: SALVAD FUENTE PALMERA.

De cómo el ejercicio físico mejora la vida de los ancianos

Dr. Bernabé Galán Sánchez (Médico de Familia de Fuente Palmera)

En el presente artículo trataremos de dar unos datos y algunos consejos a las personas mayores y a sus cuidadores al objeto de hacer mas agradable sus vidas, a la par que proteger y promocionar su salud.

Se habla mucho en los últimos tiempos acerca del consumo de medicamentos, y hay mucha polémica sobre los medicamentos genéricos y sobre los precios de referencia las medicinas que prescribimos los médicos y que toman nuestros pacientes.

En estudios realizados recientemente se ha descubierto que tres de cada diez ancianos mayores de 70 años sufren caídas que están asociadas al consumo de fármacos, fundamentalmente antihipertensivos, antidepresivos y ansiolíticos. Este estudio ha sido dirigido por la Dr. Estrella Castro Martín y se presentó el mes pasado en Sevilla en el marco del XXIV Congreso de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC).

Según dicho estudio, estas caídas, que se registran por individuo al menos una vez al año, se concentran durante la mañana, en el propio domicilio y se asocian al número de fármacos consumidos, ya que la ingesta de medicamentos es mayor en los ancianos que sufren caídas.

De igual forma, el estudio revela que estas caídas aumentan el riesgo de desarrollar dependencia en este segmento de edad, si bien apunta a que, a partir de los 65 años, prácticamente la mitad de la población tienen alguna dificultad, leve o moderada, para realizar algunas actividades cotidianas.

Sin embargo, y también se demostró y presentó en el mismo Congreso, el ejercicio físico fomenta el "envejecimiento activo", esto es envejecer participando de todo lo que le ofrece la sociedad. Esto conlleva además a una situación en la que se reduce el riesgo de desarrollar dependencia, al tiempo que mejora la calidad de vida.

En concreto, estos facultativos aseguraron que bastaría que consiguiésemos que los pacientes caminaran todos los días 30 minutos para reducir el riesgo de dependencia. Por este motivo, se insiste en la necesidad de inculcar esta cultura saludable en el paciente anciano, que representa más del 90% de las visitas que los médicos de Atención Primaria realizamos a domicilio. Se ha demostrado además que el ejercicio físico practicado de manera regular mejora la salud y la calidad de vida en estos ancianos, mejorando el nivel cardiovascular, ya que se experimenta un incremento del colesterol HDL, un descenso del colesterol LDL y una estabilización de la tensión arterial.

Pero es que además de mejorar la calidad de vida, el ejercicio reduce los costes sanitarios, ya que el efecto positivo de la práctica deportiva en las personas mayores es doble, tanto física como psicológicamente. En el ámbito físico previene las caídas y mejora su funcionalidad, mejora su calidad de vida y reduce los costes sanitarios; y en el psicológico aumenta el estado de ánimo y favorece las relaciones personales. Vemos que en muchos municipios, los patronatos de deporte ofertan cada vez un mayor número de programas de actividades dirigidos a las personas mayores: actividades fáciles y sencillas, como bailes de salón, natación, piscina, caminar o cualquier otra actividad realizada al aire libre, favorecen la práctica de ejercicio en las personas mayores de una forma atractiva y divertida. Sin embargo, hay que tener cuidado con la práctica de deportes en esas edades, ya que a medida que se envejece aumenta la incidencia de diversas enfermedades, como el riesgo coronario, la diabetes, la osteoporosis..., lo cual obliga a adaptar el ejercicio al estado de salud de cada individuo.

En las personas mayores se puede distinguir entre dos tipos de grupos: el de aquellos que han tenido experiencia en la práctica habitual de deporte y los que no. Algo muy importante es la labor del médico de atención primaria, que es el que está más en contacto con el paciente, en coordinación con el médico especialista de la actividad física y del deporte, para invitar e indicar a la personas mayores qué tipo de ejercicios les convienen y desarrollar un programa específico para cada uno. Según los especialistas en Medicina del Deporte, parte de los problemas en la movilidad o en el quehacer diario de los ancianos, están causados más por acortamientos musculares que por enfermedades degenerativas como la artrosis. Con la recuperación de la elasticidad mejora la calidad de vida de forma espectacular.

En el aspecto mental, el ejercicio, aunque sea poco intenso, como caminar unas horas a la semana, parece mantener en forma el cerebro de las personas de edad avanzada. En estos estudios que así lo demuestran se concluye que las personas mayores que caminan al menos dos horas semanales tienen menos probabilidades de desarrollar demencia a lo largo de un período de 6-8 años. La muestra escogida fue 2.257 personas de origen japonés que viven en Hawai, de 71 a 93 años de edad al inicio del estudio, y se ha comprobado que la actividad física moderada se asocia a una reducción del riesgo de demencia del 80%. Otro estudio realizado con una muestra de 18.000 mujeres de 70 a 81 años, evaluó la relación entre el ejercicio físico y la capacidad de aprendizaje y memoria. Concluye que la práctica de actividad física se asocia a una mejor puntuación en los tests que evalúan la función mental.

Hay que añadir que se ha demostrado también en otros estudios que el ejercico reduce el riesgo de depresión en ancianos. Se revisaron los casos de 1.947 personas que participaron en el estudio. Todos ellos tenían entre 50 y 94 años de edad en el inicio de la investigación, y fueron seguidos durante 5 años. Durante el estudio, se examinó los efectos de la actividad física sobre la depresión. Los resultados muestran que conforme se incrementa la actividad física se protege de la depresión por unos 5 años. Además reduce el riesgo de estar deprimido en un 10% y el riesgo de convertirse en una persona deprimida en un 17%.

Por lo tanto, podemos concluir que el ejercicio físico además de beneficiar la vida de los ancianos la protege. Se ha publicado recientemente un estudio de investigadores holandeses que demuestra cómo el ejercicio físico puede reducir hasta un 30% el riesgo de mortalidad individual en personas de edad avanzada. Señalan que caminar o ir en bicicleta, durante al menos 20 minutos 3 veces por semana, se asocia una significativa reducción del riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular o por cualquier causa. Los resultados muestran que casi la mitad (46,5%) de los individuos evaluados murieron a lo largo de los diez años en los que se desarrolló el estudio. Tras ajustar otros parámetros -consumo de alcohol, tabaco, enfermedad cardiovascular, etc.-, observaron que entre los varones que desarrollaban más actividad física, el riesgo de morir en ese plazo de tiempo era un 30% inferior respecto a los que practicaban menos ejercicio.