jueves, 25 de febrero de 1988

Educación para la Salud en Fuente Palmera

Proyecto aprobado por la Junta de Andalucía para el curso 1987/1988 en el que se beneficia el C.P. Federico García Lorca, de la Colonia de Fuente Palmera. PROYECTO DENOMINADO "VIVIR EN SALUD", AUTOR, DR. BERNABE GALAN SANCHEZ

martes, 23 de febrero de 1988

EL COLONO RABANTES: Fuente Palmera ... ¿próxima a El Cabril?

Últimamente, este mi espíritu errante e inquieto, va percibiendo entre mis paisanos de este final de siglo cierta angustia progresivamente incrementada debido a la proximidad del cementerio atómico de Hornachuelos.

Deben saber mis paisanos de ahora, que en el término de Fuente Palmera están incluidas 5200 fanegas de baldíos de monte inútil que en 1768 el Ayuntamiento de Hornachuelos cedió a la Corona para que poblase estas tierras junto con otras partes de términos vecinos, con objeto de llevar a cabo una experiencia nueva en el cultivo de tierras, buscando una sociedad mejor. Por lo tanto, hay que agradecerle a Hornachuelos, en parte, la fundación y creación de Fuente Palmera.
No por ser reconocidos, los colonos deben callarse su preocupación por la existencia de un cementerio atómico en el norte del término municipal de Hornachuelos. Cuando me introduzco en las conversaciones de mis descendientes, noto grandes diferencias: Desde los que incluso no se creen la existencia de ese estercolero nuclear, hasta los que no duermen por que sienten las radiaciones en su cuerpo. Yo, que vi la primera luz en 1745, justo un siglo antes del nacimiento del descubridor de los rayos X, he observado el devenir de las ciencias, y el peligro de algunos inventos y descubrimientos. En este caso, quiero introducir un factor de estabilidad emocional: Debe haber preocupación por la relativa proximidad al vaciadero nuclear, pero no tanta, mientras no haya explosiones. Debe haber solidaridad con los demás pueblos para que lo desmonten. Por último, debe haber inflexibilidad y dureza en la protesta desmanteladora por un hecho importante: Una jugada sucia en política comunitaria europea, puede hundir el desarrollo económico alcanzado con gran esfuerzo por nuestra colonia, gracias a los regadíos. Tan solo hace falta que alguien a quien no le interese la competencia horto‑fruticola en el extranjero, presente un mapa de Córdoba y señale dónde están los riegos de Fuente Palmera, y dónde está El Cabril.

EL COLONO RABANTES: ¿Donde está Fuente Palmera?



El que fue primer comandante civil de Fuente Palmera, Don Simón Dernaux, capitán de ingenieros, fue encargado por Carlos III para hacer los planos de las poblaciones. Le siguió en este trabajo Don Joseph Gonzalez Terminor, y él se dedicó entonces por completo a formar a la Colonia y a darle prosperidad. Lamentablemente vería marchitarse este florecer tras la visita de D. Pedro Perez Valiente. Pero, como siempre, y gracias al tesón de sus habitantes, Fuente Palmera supo resurgir.

Ahora, a finales del siglo XX, el Municipio se encuentra, tal vez, en la cresta de la ola más alta que ha surcado su devenir. Pero hay cosas descuidadas que le restan prestigio. Los descendientes de aquellos primeros pobladores que vinimos hace doscientos veinte años, son más numerosos que los de sus poblaciones vecinas, y nadie se ha preocupado de que haya constancia efectiva de ello, como puede ser el hecho de salir en los mapas como figuran Posadas, Hornachuelos, Guadalcázar o Almodóvar del Río, o que señalicen en las importantes carreteras próximas, las direcciones que traen a Fuente Palmera.

Hablando ayer con Lorenzo Guisado, el que compró la suerte número 67 a Francisco Rodriguez, me dijo que su
descendiente, el actual alcalde, se está preocupando de que
ensanchen las carreteras comarcales que van a Posadas y al camino
Real (hoy lo llaman la N‑IV). Yo le contesté que no me lo creía
y que si era verdad, que se preocupara también de señalizar las
carreteras principales cercanas indicando los caminos que llevan
a la Colonia, que para eso está tomando importancia.

martes, 16 de febrero de 1988

EL COLONO RABANTES: Centro de Salud e Instituto


He estado vagando por la Colonia apercibiéndome del impacto que ha causado en mis paisanos de este final de siglo XX la noticia de la creación de un centro de salud y de un instituto. Esta doble novedad salió a la luz el mismo día. A mis 24 años (1769) nos visitó una terrible epidemia de tercianas, que puso en peligro la vida de mi esposa Cathalina Prunino. A partir de ahí aparece por primera vez la figura del médico, que viene una vez por semana de Ecija. Próxima estaba mi muerte física, cuando en 1806 se nombró el primer maestro para impartir enseñanza a los colonos. A falta de maestros en Córdoba y Ecija cayó tal menester en el sacristán don Sebastián Machado, al cual no le pagarían hasta no ver la efectividad de su enseñanza.

A pesar del enorme avance que la creación de estos dos centros supondrá, la mayoría de los colonos son ajenos a ello por triple motivo: La ausencia por la recogida de aceituna, la desinformación y el desinterés y escepticismo creado y alimentado durante doscientos veinte años ante la falta de realidades tangibles.

Mis descendientes, que los hay aunque no lleven mis apellidos, deben saber, a pesar de ser ajenos a ello, que Instituto y Centro de Salud, van a suponer algo muy grande en sus vidas. No solo el diferenciarse de sus antecesores, sino por que comenzarán una nueva andadura, apoyados en dos pilares básicos: Salud y Educación.

viernes, 12 de febrero de 1988

EL COLONO RABANTES: ¿Resurgirá Fuente Palmera?

Conforme ha ido avanzando la Colonia, los nuevos pobladores que se han ido sumando a nosotros, venidos de fuera del municipio, se han extrañado que en algunos aspectos estemos tan atrasados respecto a los pueblos vecinos.

Han puesto ejemplos de este atraso: No enlucir las fachadas de nuestras casas y dejarlas al desaire de lluvias y temporales, humedad y frío en invierno y calor en verano, con los consiguientes perjuicios para la salud de sus moradores. También nos acusan y con razón de que matamos nuestros cerdos y no llevamos la carne al veterinario para que la analice, sino que nos fiamos de la técnica de echar un trozo al perro y si no se muere nos la comemos.

En mi andar errante como espíritu por los diferentes puntos de la geografía europea y americana, donde tengo descendientes, he observado diferencias notables con mi querida Fuente Palmera, y por ello he comprendido que eso que hacíamos antes por lo que se nos acusa, no se debe hacer ahora finales del siglo XX. Pero no todos los colonos tienen la oportunidad mientras están vivos de conocer otras poblaciones y modos de vida, para compararlos con los suyos.

No hay que considerar a Fuente Palmera como una sociedad primitiva que tiende a conservar su cultura sin mutaciones, ó con las menos posibles, ni tampoco impermeable a lo que viene de fuera. Es todo lo contrario: Por su localización en el tiempo, es una sociedad secundaria, abierta a las innovaciones, pero hasta ahora le viene faltando los instrumentos aptos para hacer frente a estos adelantos, y por ello, debido a su aislacionismo, es por lo que los colonos somos algo más fríos y desconfiados con el progreso, aunque ello nos lleve a sufrirlo en nuestras carnes y en nuestro despegar socio‑cultural y económico.

martes, 9 de febrero de 1988

EL COLONO RABANTES: El Servicio de Correos

Thomas Heinz me dijo hace poco que a su tataranieto de Peñalosa le llegó el día de antes una citación para entrevistarse con alguien que podía haberle dado trabajo. Los padres del joven, con mucho esfuerzo, le habían pagado los estudios de Perito Agrícola. Hace ya cinco años que terminó su carrera, pero no ha tenido oportunidad de ponerla en práctica como no sea de obrero eventual. Esta entrevista podría haber sido el comienzo de una nueva vida, más acorde a su nivel intelectual. Pero cuando le llegó la carta habían pasado cinco fechas. Y eso que la citación había salido de La Carlota una semana antes del día señalado para el encuentro con su probable empleador.

Creo que voy a influir un poco en los espíritus de los jefes de Correos que ahora mandan para que hagan una reforma digna y en condiciones en el servicio a la Colonia de Fuente Palmera. O mejor aún: Voy a hablar con el alma del alcalde Guisado para que se vuelque en conseguirlo, que hasta ahora bastante poco ha hecho el Ayuntamiento en favor de esto, sino denunciar aspectos imposibles de mejorar si no se hace un saneamiento de raíz.

Mis descendientes, habitantes de una tierra próspera como es esta, no pueden estar correspondidos con una miserable oficina de Correos que apenas mide ocho metros cuadrados. No puedo consentirlo porque ello obstaculiza la expansión económica de mi tierra, por la que los colonos hemos luchado y sufrido tanto desde hace más de doscientos años.