domingo, 30 de septiembre de 2007

PRESENTACIÓN DEL PREGONERO DE LA FERIA REAL DE LA COLONIA DE FUENTE PALMERA, AÑO 2007

PRESENTACIÓN DEL PREGONERO DE LA FERIA REAL DE LA COLONIA DE FUENTE PALMERA, AÑO 2007, D. ANTONIO ROJAS MUÑOZ, a cargo del Pregonero del año anterior, D. Bernabé Galán Sánchez.

Buenas noches. Bienvenidos. Gracias por estar aquí. Con vuestra presencia, esta plaza se engalana aún más y se respira un aire de mayor compromiso, libertad, solidaridad, apoyo y ganas de que comiencen las fiestas.

Ayer, lamentablemente, la Plaza de la Colonia se llenaba de personas para despedir a un joven colono que seguro estaba deseando que llegara este día. Con el dolor de su pérdida y renovando nuestro compromiso y nuestro apoyo y solidaridad a su familia, iniciamos estas tradicionales fiestas.

También va siendo tradición en los últimos años, el hecho de que la presentación del Pregonero de la Feria Real de la Colonia corra a cargo de la persona que glosó el Pregón el año anterior.

Si para mí fue un enorme honor dar el Pregón del año 2006, no lo es menos el ser el presentador del pregonero de las fiestas que hoy comienzan. No solo por la amistad que nos une, que me facilita el camino en los elogios que podría hacer de él, sino porque se trata de alguien que calladamente ha trabajado por esta Colonia y ha colaborado en su desarrollo. Y estas dos características, que son las que más se deben valorar a la hora de calificar la trayectoria de una persona, como son la humildad y la fuerza de voluntad, las tiene el protagonista de esta noche.

Más de dos terceras partes de la vida de Don Antonio Rojas Muñoz han transcurrido en Fuente Palmera. Aunque nació y creció en Montoro, llegó a nuestra Colonia, hace 35 años. Aquí formó su familia: se casó y nacieron y crecieron sus hijos Antonio y Eva.

Cuando llegué a Fuente Palmera, unos años después, no tardamos en conocernos y en entablar una amistad que perdura en el tiempo. Nuestros hijos crecieron juntos, nuestras esposas se llevan tan bien que hasta se llaman igual, Matildes. Por lo tanto, elogiar su figura por mi parte puede tender a ser un poco subjetiva. Por ello, voy a intentar no caer en esa falta, con la ayuda de algunas citas de Pablo Iglesias y de Gregorio Marañón.

De los 35 años que ha estado entre nosotros, Antonio Rojas, ha desempeñado su misión 8 años en el Colegio Público Purísima Concepción, y los últimos 27 trabajó en el Colegio Público Federico García Lorca, despidiéndose como Director del mismo, cargo que ha ocupado durante 11 años ininterrumpidos.

Como persona comprometida con la sociedad trabajó también como Concejal durante una legislatura en nuestro Ayuntamiento. Desde que lo conozco he apreciado en él la fidelidad a una misma conducta. Pienso que quien defiende una idea, puede equivocarse o estar equivocado. Pero quien es fiel a una conducta, a través de las ideas, podrá ser alabado o perseguido, pero no se equivocará jamás. Pienso que todas las ideas políticas son buenas, pero han de tener dos condiciones: una es que han de ser profesadas con desinterés y la otra es que nunca deben servir como pretexto para quitar ni un ápice de libertad a nadie.

Don Antonio, como maestro de verdad, ofrece a sus alumnos la lección de saber andar con responsabilidad por la vida. Esa vida que debemos a nuestros padres, y que es fruto de unos minutos de frugal pasión. Sin embargo el maestro, que no nos ha dado la vida, lo que nos da es una entrega consciente, desinteresada, con una generosidad que no se puede medir. Los padres, en nuestro infinito amor a nuestros hijos, lo que siempre pedimos o exigimos que al menos, alguna vez, una parte de nuestra ternura, nos sea devuelta con la misma moneda de amor. El maestro, sin embargo, no pide nada a cambio de todo lo que da. Todo lo que ha aprendido en las largas noches de esfuerzo, todo lo da en un instante, a quien se lo pida, sin preguntar quien es, sin conocerle, sin pedirle nada a cambio.

Hay tres categorías de maestros. Unos, los peores, que no enseñan nada; otros, medianos, que enseñan lo que saben; y por último los que enseñan, no las cosas que saben, sino los modos de aprender las cosas necesarias para desenvolverse en la vida; y estos, sin duda son los mejores.

Para ser un buen maestro, no es necesario enseñar muchas cosas. El gran maestro, quizá, enseña pocas cosas o las enseña envueltas de una prudencia tal que no quedan adheridas a la mente del discípulo, sino que, después de posarse en él como el suave contacto de una pluma, parecen otra vez volar. Este maestro, el verdadero, no aspira a que nadie piense como él. Lo que quisiera es que por medio de su enseñanza, su pensamiento se transformase en otro pensamiento al pasar por la mente de su discípulo. Su mayor cuidado es conservar la personalidad de los que le siguen o, cuando no existe esta, crearla. Y la personalidad no se concibe sin originalidad, aun cuando pueda y deba nutrirse de la experiencia de los que le precedieron.

Este modelo de Maestro, del que es representante Antonio Rojas, ha proliferado en nuestra Colonia. Tenemos que estar orgullosos de ellos. Vienen a mi mente numerosos profesores que se han dejado y se siguen dejando la piel en las aulas de nuestros colegios trabajando para proporcionar herramientas a nuestros jóvenes para que con ellas puedan afrontar dignamente su futuro. Es tan larga la lista que no me perdonaría el olvidar algún nombre. Por ello solicito de cada uno de los presentes que evoquéis una o varias figuras del profesorado que estemos añorando y que entre todos hagamos de este ejercicio de recuerdo un homenaje a estos profesionales que inunde la celebración de esta noche.

Don Antonio Rojas, este próximo curso no estará en nuestras aulas. Se va a Córdoba, pero no nos abandona. Su obra queda entre nosotros. Seguiremos recogiendo los frutos que nos traerán nuestros hijos y nuestros nietos.

Quiero terminar enlazando unas palabras de Pablo Iglesias que complementan una cita de Gregorio Marañón ya manifestada esta noche: “Sois socialistas no para amar en silencio vuestras ideas ni para recrearos con su grandeza y con el espíritu de justicia que las anima, sino para llevarlas a todas partes”.

Antonio, sigue así donde quiera que vayas. Sigue predicando con tu ejemplo la fidelidad a la conducta. Muchas gracias por permitirnos ser tus amigos. Muchas gracias por tu enseñanza.

Gracias.

domingo, 2 de septiembre de 2007

El dinero de la vacuna contra el cáncer de cérvix, para educación sanitaria

Bernabé Galán
Doctor en Medicina. Especialista en Medicina de Familia y Comunitaria
Centro de Salud de Fuente Palmera (Córdoba)

Leyendo el pasado día 1 de septiembre un periódico de tirada nacional, me sorprendió negativamente la lectura de una carta al Director escrita por un Médico General, líder mundial de opinión, como es el Dr. Juan Gervas. Dicha misiva se refería a la vacuna contra el cáncer de útero. El sorprenderme no fue por el contenido, que apoyo y suscribo íntegramente, sino por la ubicación en el apartado de “cartas al director”. Un escrito que hace alusión a un tema tan importante, no por las vidas que salve (pocas), sino por el gasto que va a suponer al Estado (o Autonomías, que también son Estado) si al final se incluye en el calendario vacunal. Creo que antes de crear expectativas falsas a la población, se debería haber consultado a quien entienda tanto de Salud real (la del día a día, la del contacto con las personas, la del conocimiento de la realidad) y también de Economía de la Salud. Hay profesionales en nuestro País, conocidos de sobra, que pueden aportar mucho, sin protagonismos ni con intereses económicos de por medio. El Dr. Gervas es ejemplo de líder de opinión médica, por no tener más espacio no ha podido, estoy seguro, hablar de Educación para la Salud y del tiempo en las consultas, de la ratio pacientes/médico, etc. Con una décima parte de lo que se pudiera gastar anualmente el Estado en implementar este proyecto, y empleando ese presupuesto en Educación para la Salud y ampliando plantillas de profesionales sería suficiente para evitar muchos cánceres, y no solo de útero en la población española. Siempre se tiene a la Educación para la Salud como algo a lo que se acude y cita por parte de los políticos, pero no se la toman en serio. Se sabe que la EpS es mucho más importante, que con ella se salvan muchas más vidas, que se goza de una mejor calidad de vida, que disminuyen las enfermedades que dependen de una modificación de hábitos, que se debe comenzar en la escuela primaria, que fundamentalmente se ha de implementar por profesores con el apoyo de profesionales sanitarios, etc., etc. Se sabe, pero no se cree en ella. Y no se cree en ella porque no se le ven los frutos a corto plazo, como tampoco se le verán a esta vacuna que se pretende imponer en el calendario vacunal. Y en este caso serán tan escasos, que no se merece ese esfuerzo en una dirección, a mi parecer, equivocada.