martes, 27 de octubre de 2009

La SOLIDARIDAD puede salvar la excelencia de nuestro Sistema Sanitario

Quienes conocemos el Sistema Sanitario después de haber trabajado en distintos ámbitos del mismo (Gestión Pública, Gestión Privada, Médico de a pie en Atención Primaria, Directivo de Sociedad Científica Nacional y Regional, etc, etc) creo que tenemos autoridad para opinar sobre el tema del copago y/ del ticket moderador.
Quienes vemos día a día el deterioro de nuestro Sistema Sanitario, que sigue siendo ejemplar, modélico y puntero a nivel mundial, pero que no aguanta mucho más el rumbo que lleva porque es insostenible, pensamos que hay que mantener ese rumbo de excelencia y calidad, universalidad y gratuidad, pero que hay que ayudarle, haciendo partícipes de este mantenimiento a todos los españoles, y por supuesto a todos los turistas sanitarios que nos invaden.
Quienes pasamos consulta a diario y observamos los problemas que nos presentan los ciudadanos cuando acuden a los centros sanitarios, somos conscientes del ahorro que supondría tanto en salud de los mismos, como en millones de euros contantes y sonantes si a nuestros "pacientes" se les enseñara a ser solidarios y menos egoístas. Si fuesen conscientes de que por procesos banales no deberían acudir a consulta, ya que además de perder su tiempo de trabajo, están ocupando el tiempo de otras personas que verdaderamente presentan un problema que sí merece la atención y mucho más tiempo del que dispone cualquier facultativo en su consulta.
El montón de consultas de Atención Primaria, derivaciones al Segundo Nivel, solicitudes de análisis y pruebas complementarias, desplazamientos, etc, que se generan en estas consultas innecesarias tienen un coste importante a cargo de todos los españoles. La persona que acude con procesos banales a su Médico no es consciente de ello. Piensa que no le cuesta nada porque no paga nada. Su ignorancia y su alejamiento de la realidad de la Economía Nacional le impiden comprenderlo. ¿Tan difícil es ayudarle a entenderlo? Lamentablemente hay que reconocer que no somos solidarios más que en momentos de catástrofes; y entonces lo somos más que nadie.
Podríamos evitar la catástrofe que supondría rebajar la cartera de servicios de nuestro Sistema Nacional de Salud, como muchas voces pregonan como solución. No solo podríamos, sino que deberíamos trabajar en ello. No hay por qué rebajar la oferta de nuestra cartera de servicios, pero sí es necesario colaborar todos en disminuir la demanda.
Tendríamos que ser sinceros y demostrar que queremos a nuestro País, dejándonos de egoísmos partidistas y llegar a un pacto entre todos. Siendo claros, difundiríamos la realidad y la Oposición, lejos de hacer leña y arrimarla al fuego, tendría que alinearse con el Gobierno a la hora de pedir SOLIDARIDAD a la población, llegados a este punto de inflexión en nuestra Economía.
Hay muchas fórmulas con las que hacer partícipes a los ciudadanos del mantenimiento del Sistema Sanitario, y son conocidas. Pero quienes mejor las conocen y saben la manera de “poner el collar al perro sin que te muerda” somos quienes mantenemos nuestra actividad a diario, al lado del enfermo y del sano, cuidando su salud y trabajando con ilusión por mantener el nivel al que ha llegado nuestro Sistema. En los despachos se tiene miedo a aplicar medidas que se temen impopulares, y se va posponiendo un debate necesario. Créanme que no es tan difícil convencer a los españoles para que demuestren una vez más su solidaridad.

jueves, 22 de octubre de 2009

Gestionar conociendo los medios

Aportación al FORO DE GESTION CLINICA del Distrito Sanitario Guadalquivir

Esta mañana cuando me dirigía desde Fuente Palmera hacia Córdoba para acudir a la llamada del Director Asistencial del Distrito para participar en uno de los foros organizados para ir eliminando la “asimetría de información” existente, iba con una ilusión que no sentía desde hace muchos años.
Pensaba que mi humilde aportación podría valer de algo. Mi experiencia podría servir para intentar solucionar los problemas que tenemos tanto los trabajadores de la salud como los ciudadanos cuya salud tenemos encomendado cuidar.
Esta idea del nuevo Equipo Directivo, además de loable me parece con una base científica sin precedentes, por lo que felicito a los ideólogos que han propiciado los encuentros y les deseo mucha suerte cuando, con las conclusiones elaboradas y los objetivos aclarados, las presenten “más arriba” con la ilusión de que sean aceptadas.
Mi ilusión se fue a un pozo cuando llegando a Córdoba recibo la llamada de la Dirección de mi Zona Básica diciéndome que me volviera al pueblo, ya que, dentro de la precariedad en la que se habían quedado las consultas, faltaba otra médico más que había caído enfermo, y no había ninguna posibilidad de poner a nadie en su sitio.
Adiós ideas, adiós experiencia, adiós información de la realidad, adiós caminos para solucionarlo, adiós protestas por la situación, adiós conocimiento del estado de los demás, adiós objetivos, adiós claridad al final del túnel.
Me queda la posibilidad de conformarme con rellenar unos folios de “volcado de ideas” y dárselos a mi Directora para que los entregue en el Distrito. No es lo mismo decir de palabra y concretar verbalmente lo que sabes, lo que sientes, que enumerar en líneas generales unas ideas de mejora.
Nos podemos plantear metas: los equipos, las empresas, las naciones, se pueden plantear objetivos. Enfocarse en una meta, en un objetivo, hace más fácil alcanzarlo. Pero si prestamos demasiada atención a las metas (objetivos) y nos olvidamos de los medios (estructura y proceso), ¿obtenemos mejores resultados? No debería existir separación entre metas y medios. Es más: son los medios los que deben estar claramente definidos y concienzudamente conocidos. De esta manera sería mucho más fácil plantearse objetivos, y lo que es más importante, ALCANZARLOS. Propongo el cambio de paradigma: en lugar de administrarse las organizaciones por objetivos deberían cambiar y hacerlo por medios.
Nuestros dirigentes quieren resultados. Pero estos residen en las relaciones personales, en el conocimiento, en la experiencia, en la organización del trabajo, en las habilidades..., en resumen en los MEDIOS. Si se quieren resultados hay que prestar atención a los medios. Y esto, quiero entender, es lo que se pretende con estos Foros.

sábado, 10 de octubre de 2009

El valor de la comunicación: Experiencia sin llegar a viejo

Conforme vamos cumpliendo años, nos vamos "templando". Cuando jóvenes no concebíamos cómo los mayores con los que nos relacionábamos, en ocasiones, no actuaban inmediatamente ante lo que para nosotros eran flagrantes injusticias. Después hemos ido comprendiendo por qué lo hacían o por qué se inhibían.
Entonces no veíamos más que un camino para solucionar un problema. Era un camino casi siempre improvisado: el primero que nos venía a nuestra mente. Ibamos directos, decíamos las cosas como las sentíamos, sin compasión ni diplomacia.
El paso del tiempo y la experiencia te van enseñando distintos caminos, te hacen ser más recatado y tener más paciencia y sobre todo aprendes a no dar respuestas inmediatas ante problemas que o bien no te atañen y/o cuya solución puede esperar.
Nos volvemos más humildes y comprendemos mejor que cada situación es entendida por cada persona desde prismas y perspectivas diferentes.
Pero, y eso es lo bueno de la Democracia, podemos avanzar mucho sin necesidad de ser viejos, si nos abrimos a los demás, respetamos sus opiniones, comprendemos sus posturas y las discutimos. De esta forma las experiencias que con los años obtendríamos, que serían las que nos van haciendo moldear nuestra forma de ser y de actuar, las sentiríamos mucho antes conociendo los sentimientos, las emociones, las opiniones, etc. de otros que no piensan como nosotros.
De esta manera avanzan mucho más rápidamente las civilizaciones y sobre todo la vida sería más agradable para todos: la auténtica felicidad estaría mucho más generalizada.

jueves, 1 de octubre de 2009

LA AUSENCIA

La ausencia de las personas queridas las mitifica. Nos acordamos solo de lo bueno de ellas. Pero... ¿hay cosas malas? Se han olvidado. Se filtran y no se recuerdan. Se excluyen.