Buenas noches, queridas carretereñas,
carretereños, colonas, colonos y personas que estáis visitando nuestros pueblos
estos días y especialmente Fuente Carreteros.
Estamos aquí para pasar un rato
agradable y dar el pistoletazo de salida a esta Feria, con el deseo de que
paséis unos días inolvidables, donde reine la alegría acompañada de concordia,
paz, amistad, solidaridad, amor y de todas las cosas buenas que tienen nuestros
pueblos y en especial este.
Para mí es un gran honor y siento una
enorme satisfacción y agradecimiento por ser el pregonero de estas fiestas y
sobre todo en este año tan señalado, por dos motivos: Uno porque La Colonia
cumple 250 años, y el otro porque pronto, a esta madre, se le va a casar uno de
sus hijos puesto que ya se hizo la pedida de mano hace tiempo y va siendo hora
de que se independice y que se gestione por su cuenta; sin olvidar nunca su
origen y que unidos todos los hermanos y hermanas, esta madre será más fuerte y
conseguirá más cosas para sus hijos.
Llevamos 250 años unidos, y así
debemos seguir estando: Aunque llegue la segregación, yo os recomiendo estar
siempre con La Colonia, por motivos no solo económicos y de lazos familiares,
ya que nuestra sangre y nuestros genes están repartidos por los diez núcleos de
población, sino porque de esa forma seremos más fuertes y conseguiremos muchas
más cosas.
Comencé a conocer Fuente Carreteros,
de oídas, en 1975, de boca del sacerdote José Pérez Galisteo, que estaba
entonces aquí, cuando coincidimos en Monturque porque él iba a ver a su familia
y yo era allí su Médico. Pero fue en 1980, poco antes de llegar yo a La Colonia
el 17 de noviembre, en junio de ese año, precisamente un día de mi santo, mi
esposa coincidía en la misma habitación del Hospital Universitario Reina Sofía
con una señora, que había dado a luz a una niña y era vecina de Silillos. Ella
nos hablaba de su pueblo y de La Colonia, formada por muchas aldeas pequeñas y
dos más grandes.
A partir de ahí y sabiendo que había
sido destinado a este Municipio, comencé a interesarme por él, por su gente,
por su estructura social, por sus comunicaciones, por su historia, en fin por
todo lo que tuviera relación con mi trabajo y con mi manera de ser.
Fuente Carreteros, precisamente no
correspondía a mi Distrito Sanitario como Médico Titular, ni Silillos, ni
Cañada, ni Villar, sino que los míos eran Ventilla, Villalón, Herrería,
Peñalosa y Ochavillo, amén de Fuente Palmera. Sin embargo, sí tenía pacientes
en todos y cada uno de los diez núcleos de población, y por lo tanto, pronto
comencé a conocer a los carretereños y carretereñas.
Desde el primer día me fascinó la
idiosincrasia de La Colonia y de los colonos, y aquello me enganchó y me
propuse desde el primer momento asentarme en esta población y trabajar por ella,
pensando no solo en el presente, sino en el futuro de manera que lo que se hiciera
perdurase en el tiempo y fuese de provecho a nuestros descendientes.
Por eso, nada más llegar, aprecié
tanto la enorme calidad humana de los
colonos y colonas, como el paupérrimo desarrollo social y económico que soportaban,
y también que todo iba a cambiar gracias al moderno plan de regadíos que pronto
se iba a poner en marcha. Y esta realidad podría ser peligrosa si no se ponían
medios para adaptar la subida exponencial de la economía al déficit
socio-cultural que se padecía.
Por lo tanto habría que hacer algo. Y en
lo que más directamente podría yo ayudar era en el tema de la Salud. Así que hice
un estudio sobre la situación sanitaria de La Colonia, que incluía muchos
aspectos históricos, culturales, socioeconómicos, laborales, geográficos, urbanísticos,
de comunicación, etc. A continuación elaboré un proyecto planificando la
sanidad colona, que entregamos en 1982 en la Consejería de Salud, acompañado del
entonces Alcalde de La Colonia, el carretereño Antonio Díaz Aguilar. Era
entonces Consejero de Salud, Pablo Recio, que había sido compañero mío en la
Facultad de Medicina de Sevilla.
Y obtuvimos éxito en la gestión. Aunque
el resto de la planificación llegó años más tarde, Fuente Carreteros tuvo su
primer Médico en 1985. Y desde entonces no le ha faltado.
Este pregón lo haré ensalzando al
pueblo de Fuente Carreteros y me recrearé recordando muchos de los artículos
que escribí notificando o denunciando hechos. La nostalgia de aquellos tiempos,
la ilusión no perdida, el entusiasmo contagiado, serán las flores que adornarán
mis palabras de recuerdo y de cariño por este pueblo, los 15 o 20 primeros años
de mi estancia entre vosotros.
Como aprecié que La Colonia contaba
con un magnífico sustrato humano, sería más fácil alcanzar objetivos si nos
apoyábamos en la difusión de noticias, la denuncia de carencias y en la
exposición de los logros. Así que desde un principio comencé a escribir sobre
La Colonia, como corresponsal, en La Voz de Córdoba y después en el Diario
Córdoba. Tal vez de Fuente Carreteros sea el pueblo sobre el que más he
escrito, debido a que es la población más activa del Municipio.
Aquellas infames carreteras de
entonces, se fueron convirtiendo poco a poco en otras con mejor firme, más
anchas, con menos curvas y más seguras.
El deficiente estado de las escuelas,
denunciado y protestado en varias ocasiones ante la Delegación de Educación,
originó la construcción del Colegio Público Blas Infante, y con ello los niños
ya no tendrían que salir del pueblo para estudiar los últimos cursos de la EGB.
Recuerdo con cariño a algunos profesores de aquellos comienzos en el nuevo
Colegio, además de Diego Ballesteros, recuerdo a Ricardo López, Paco Calero, Fernando
Canales y también, cómo no, a Francisco el Conserje.


Gracias a la inquietud de la
Asociación de Padres y Amigos del Colegio de Fuente Carreteros se organizaron
en repetidos años unas exitosas Semanas
Educativas, en las que participé, algo que siempre he agradecido que contaran
con mi colaboración. También fueron conocidas y difundidas las protestas de los
padres (y cuando digo padres, me estoy refiriendo a padres y madres) por la
política de becas de entonces.
Siempre he tenido la idea de que la
promoción de la salud y la educación sanitaria, hay que hacerlas desde
pequeños, en la escuela, cuando es más fácil modificar las actitudes, lo
hábitos y los valores de las personas y por eso tenía mucha relación con los
maestros y con el Colegio. Allí acudíamos
a dar alguna charla, a vacunar o a reconocer a los niños y a veces comíamos en
el comedor y recuerdo la exquisita comida que preparaba Manolita Fuentes.
Me ha atraído siempre de Fuente
Carreteros, la integración de los profesores en las costumbres del pueblo y la
promoción de las tradiciones y el respeto a los mayores, no conformándose nunca
del todo con lo que hacían por los alumnos: además de las Semanas Educativas,
campeonatos deportivos, solicitudes de más medios e instalaciones, jornadas con
los padres, concursos literarios, también organizan otras actividades con la
participación del Ayuntamiento, como ocurrió
en 1990 cuando organizaron un curso de Educación Vial.
Los amaneceres de nuestra Colonia,
para quienes nos gusta madrugar, son especiales: La soledad, la quietud, el
silencio, la paz, la armonía de sus calles, se van alegrando paulatinamente
conforme despiertan los habitantes y comienza el movimiento de colonos y
colonas a sus ocupaciones. Hubo un amanecer en Fuente Carreteros que llegó a emocionarme:
Fue la salida del sol del 28 de Febrero de 1982, dos años después del
Referéndum por el que los andaluces alcanzamos la Autonomía. Fue hermoso y
emocionante ver cómo la mayoría de las casas carretereñas lucían banderas verde
y blancas en sus fachadas. Fuente Carreteros se volcó aquel año en la celebración del Día de Andalucía,
no solo engalanando sus calles sino con muchos actos, iniciativas,
conferencias, etc. y también aquellos días sirvieron para reivindicar el papel
de la mujer trabajadora.
Redundando en la belleza del pueblo,
el año 1990, el Ayuntamiento organizó concursos de embellecimiento de casas y
calles que fueron la envidia de otros pueblos, que veían cómo Fuente Carreteros
se comportaba de una manera diferente, haciendo la unión de los vecinos un
pueblo más limpio, ordenado y bello. Por recordar nombres de personas de
entonces, difundí en el Diario CORDOBA que aquel año, quienes ganaron el
concurso fueron Carmen Aguilar Pavón, Francisca Carmona Jiménez, Antonia
Carrasco García, Octavia Aguilar Reyes y también la Cruz de Mayo que hicieron
los alumnos de 8º de EGB en el patio del
entonces colegio de la Calle Sargento Chaparro, donde hoy día está el
consultorio.
Un pueblo que se preocupa por su
historia y sus tradiciones es un pueblo culto; y para mantenerse así es preciso
organizar actos y actividades, como fueron ejemplo la exposición de esculturas
en 1990 de otro colono, José Balmón, de La Herrería, y en 1991 la exposición de
pinturas de María García-Courtoy y la presentación del libro “Fuente Carreteros
entidad de pueblo” de Escobar Olivas.
1982 fue un año importante por muchos
acontecimientos, pero sobre todo porque fue el año en el que después de estar
una larga temporada ausentes, conseguimos que volvieran a bailar “Los Locos”. Costó
trabajo, pero se consiguió. Recuerdo que venía de La Herrería a Fuente
Carreteros junto a Paco “el cura” y Pepe Carmona a presenciar los ensayos y a
animarlos a trabajar más porque los del otro pueblo iban más adelantados,
diciéndoles incluso que bailaban mejor. Esto les daba fuerzas para no
abandonar, que más de una vez quisieron rendirse debido al enorme esfuerzo que estaban
haciendo en aquellos comienzos y gracias a ellos se recuperó esta tradición que
hace de Fuente Carreteros un referente a nivel nacional. Es de agradecer el
papel desempeñado por los dos “locos” mayores, Juan Torrijos Thomas “El Abuelo”
y Manuel Díaz Cuni “El Perdigón”, que lucharon y animaron para que no se
perdiera la tradición. Tradición que siguieron Eleuterio García,
que supo conservar y transmitir la música, y José Díaz Rossi, hijo del
Perdigón, que siguió enseñando el baile.

Aunque se destacaron los vecinos
nombrados y algunos más que aparecerán ahora después en la película, las
mujeres y especialmente Antoñita Soto, tuvieron un papel fundamental en la
elaboración de los trajes, las cintas, las alpargatas, los pañuelos… Fue una
labor conjunta de todo el pueblo, que se culminó con la creación, el día 14 de
abril de 1991, de la Escuela Municipal del Baile de Los Locos, comenzando las
clases al día siguiente con más de 40 alumnos inscritos en principio y siendo
los profesores José Luis Priego Ariza y Julio Fernández Pavón. Hay que comentar
en honor a la verdad que en 1987 el actual Alcalde, José Manuel Pedrosa, había
comenzado a enseñar informalmente el baile a los más jóvenes.
Os tengo que decir algo: Y es que en
los pueblos donde no existen tradiciones porque se han perdido o son escasas, alguien
tiene que fundarlas, comenzarlas o recuperarlas y luego mantenerlas. La Escuela
Municipal de Los Locos de Fuente Carreteros es un ejemplo de ello.
Tengo grabados los bailes de las
locadas de Herrería y Fuente Carreteros no solo en mi cerebro, sino que los
grabé así mismo con una cámara de super8, el día 5 de Julio de 1982 en la Plaza
de Fuente Palmera, conmemorando el 215 Aniversario de la Fundación de La
Colonia y también, aún más histórica, para Fuente Carreteros, es la grabación
que hice subido en la torre de la iglesia, entonces en obras, la fría mañana
del 28 de diciembre de 1982, cuando por primera vez, después de muchos años de
ausencia, “Los Locos” salieron a bailar por las calles del pueblo, recobrando
la tradición. He custodiado con cariño desde entonces ambos documentos gráficos
y, a pesar de la baja calidad de la filmación, hecha con los pocos medios de
entonces y del deterioro sufrido por el paso del tiempo, tengo intención de
donarlos al Ayuntamiento para que los conserven y difundan entre los vecinos.
Juan Manuel Morello, uno de los Locos que bailaron aquel día, llevaba años tras
de mi para que rescatara aquellas grabaciones, y ya lo he cumplido.
Desde que vivo en la Colonia, y me
siento colono por diez veces, una por cada uno de los núcleos de población de
la misma, desde siempre, he oído al resto decir que Fuente Carreteros ha
querido separarse, independizarse. Y lo he entendido e incluso lo he
justificado, cuando aprecio el apego que el carretereño o carretereña tienen por su pueblo, el interés
que ponen en sus cosas, en mantenerlas, potenciarlas y difundirlas, en su sentimiento
patrio y territorial, pero siempre conscientes de su vinculación con el resto
de La Colonia. Históricamente ha sido siempre así y los intentos de segregación
se han repetido a lo largo del tiempo, pero creo que este último intento va a
ser el definitivo, y que se está a punto de conseguir.
En los años 80 del siglo pasado,
comenzaron a removerse conciencias y despertar ilusiones y solidaridades. La
disconformidad con la situación en que se encontraban dos pilares básicos en la
vida de los pueblos, como eran la educación y la sanidad, llevaron a
movilizaciones y protestas, que no siempre eran bien acogidas por el alcalde
colono, que llegó incluso al extremo de destituir al entonces alcalde pedáneo,
Diego Ballesteros. Fue 1986 un año de muchas movilizaciones y apariciones en la
prensa, destacando la carta al Director que dirigió el 31 de enero la
tristemente desaparecida Juana María López Sánchez, Juana, como la conocíamos,
titulada “El Alcalde y Fuente Carreteros”. Y fue a partir de los meses de mayo
y junio cuando se suceden las acciones que desembocarían en la solicitud a la
Junta de Andalucía de la concesión de Entidad Local Menor.
En 1987 se organizan una serie de
actividades que van reforzando la petición, culminando con la organización de
unas “Jornadas de Encuentro Andaluz de Pueblos por su Autonomía”, a las que
acudieron representantes de otras localidades que se encontraban en la misma
situación o ya habían salido de ella.
La producción periodística en 1987 fue
muy prolífica, apareciendo Fuente Carreteros en la prensa con inusitada
frecuencia, manifestando la unión de los aldeanos, el deseo de autonomía, el
protagonismo de algunas personas, la marginación por el ayuntamiento matriz e
incluso la búsqueda de una sede donde instalar las futuras dependencias
municipales, con su consiguiente litigio con la Diócesis de Córdoba.
El 28 de febrero de 1988, se colocó
simbólicamente a la entrada del pueblo un cartel señalizador de ENTIDAD LOCAL
MENOR DE FUENTE CARRETEROS, pero no es hasta el 7 de marzo de 1989 cuando se
consigue oficialmente; siendo nuestro pueblo la primera aldea de la historia
que adquiere tal categoría, ya que las existentes habían nacido con esta
consideración. Pero, lo que tiene más mérito, es que también fue el primero y
único que lo ha conseguido con un informe desfavorable del Ayuntamiento matriz.
Ese histórico día, se descubre por Pastora Cornejo Granados, una placa
conmemorativa de haber conseguido ser Entidad Local Menor. La Comisión Gestora
provisional hasta las elecciones de 1991 estuvo compuesta por Juan Ramírez
Pedrosa, Diego Ballesteros Aguilar y Antonio Díaz Aguilar.

Tras estos comicios, se constituye la
primera corporación de la historia de Fuente Carreteros, tomando posesión de
sus cargos en el Cine Cervantes, los primeros ediles de la historia del
Ayuntamiento de Fuente Carreteros: Alcalde Juan Ramírez Pedrosa y concejales
Antonio Díaz Jiménez, Diego Ballesteros Aguilar, Manuel Fernández Jiménez y
Antonio Díaz Aguilar.
Recuerdo con simpatía el
descubrimiento de gas natural en 1988 y la colocación de la planta de
prospección y el mechero gigante ardiendo día y noche. Añoro aquella ilusión de
las personas y los chistes u ocurrencias que surgieron, como, por ejemplo, la
de ir algún vecino que otro a la planta a recargar la bombona de butano.

En este recorrido por la memoria
histórica de mis primeros años en contacto con Fuente Carreteros, he ido
nombrando a muchos vecinos, y quiero pedir disculpas por aquellos que olvido,
que serán muchos, pero quisiera en estos momentos rememorar, disfrutar y
recrearme recordando algunos más como ejemplo de cariño a todos los
carretereños y carretereñas.
Muchas noches, tras la visita a los
ensayos de Los Locos, o a la casa de algún amigo, o después de alguna reunión o
charla, casi siempre terminaba tomándome una copa en tertulia con quien se
acercaba a nuestro corrillo, en el Casino de Blanes, o en el bar del
Chirigotas, o de Curro el Sargentillo o incluso en el Cine. Antonio Díaz, Juan
Ramírez, Diego Ballesteros, Pedrosa, Manolín, Marcelo, Valeriano, Perico “Veneno”,
Antonio López, que me acompañó en la Comisión pro Instituto Colonial, y muchos
más, algunos ya lamentablemente ausentes, siguen en mi recuerdo. Pero también
muchos de los que acudían a mi consulta, como Julio Pavón, los hermanos Juan y
Victorino Blázquez, Marcos, las hermanas Delgado Cornejo Carmen y Pastora, y
había otras más Pastoras, José María Valle, Carmelita la matrona y su esposo,
Curro el Cartero y Lola, Baldomero, José Galán, Adriano, Guadalupe, “El Mopi”,
Teodomiro, Lola Dugo y su hermano Juanele, que protagoniza el libro de Isabel
Agüera, titulado “Quisco, mi amigo” y
una larga lista de personas cuya imagen se mantiene tenuemente en mi memoria ya
que después siguieron siendo atendidos por los médicos que a partir de 1985 han
pasado por Fuente Carreteros, de los que recuerdo a Esteban Muñoz, que fue el
primer médico que vino y el único que
llegó a vivir en el pueblo, Rafael Canals, José Luis Ropero, Teresa Clavero,
Ana Pulido, María José Reyes, María Jesús Delgado y también recuerdo con cariño
a los enfermeros y enfermeras, y sin olvidar a Rosalía, quiero resaltar
especialmente a uno, que con su espíritu de entrega, sacrificio y solidaridad,
se ganó el cariño y el querer de todo el pueblo. Me estoy refiriendo a Ángel
Herrera, que permanece en la memoria de todos. También otro enfermero, Antonio
Vega, dejó un recuerdo permanente para el pueblo al reproducir el Guernica de
Picasso en las paredes de la plaza de la Fuente.
En el aspecto religioso tengo que
recordar la salida de la Virgen de Guadalupe el 15 de agosto de 1990, después
de 18 años sin hacerlo. Llevada por 12 hombres, entonces, (ahora sé que son
mujeres quienes la portan) que fueron turnándose con muchos vecinos que querían
pasear por las calles del pueblo a su patrona, haciendo paradas en las casas
donde conocían que había alguna persona enferma.
Un pueblo que se preocupa por su
pasado, cuida el presente, prevé el futuro y mima a la juventud y a la
infancia, con actividades y haciéndolos partícipes, es un pueblo sabio. Como
ejemplo de lo dicho, recuerdo que en 1990 el pregonero de aquella feria fue un
niño de 12 años, llamado José Antonio Borrueco López.
Amigas, amigos de Fuente Carreteros,
he hecho un recorrido histórico de mis primeros años de estancia en La Colonia
(ya llevo 37, y los que me quedan). Después han sucedido muchas cosas, unas
buenas y otras mejores, pero siempre hay que mirar al futuro de una manera
positiva y constructiva para así llegar lejos. Siempre he considerado a Fuente
Carreteros un pueblo que tiene claro su objetivo y que conoce lo que es el
poder y la fuerza de la unión y de la solidaridad; por eso os animo a seguir
así y os deseo prosperidad, salud y trabajo, pero especialmente y lo más
inmediato es que paséis una magnífica Feria y que olvidéis, por unos días, las
preocupaciones, que recobréis fuerzas y que sigáis siendo tan hospitalarios,
entregados y cordiales como siempre lo habéis sido.
Un fuerte abrazo. Muchas gracias, ¡¡Viva
Fuente Carreteros y a divertirse!!