Buscar este blog
26 marzo, 2022
Mi definición de libertad
23 marzo, 2022
El medio rural: una visión mirando al futuro
El medio rural: una visión mirnado al futuro (I)
El medio rural: una visión mirando al futuro (y II)
Grupo de Medicina Rural de la semFYC
19 marzo, 2022
La "California" perdida
Fuente
Palmera: Reflexiones sobre la casi perdida California Europea
Dr. Bernabé Galán Sánchez. Médico de Familia. Fuente Palmera
Tengo que confesar que en estos momentos me encuentro con optimismo y ganas
de trabajar (que nunca me han faltado en los 27 años que llevo en Fuente
Palmera) similares a los que tenía cuando llegué a esta Colonia en 1980.
Me encontré una zona muy atrasada y aislada; muy deprimida socio-culturalmente,
amén de su problema geográfico de dispersión. Sus habitantes, a pesar
del corto periodo de tiempo transcurrido desde que Carlos III les había dado
carta de ciudadanía española, no solo se habían olvidado del idioma de sus
antepasados, sino que para más inri desconocían sus raíces y la
procedencia de sus tatarabuelos. El índice de analfabetismo era muy
superior a la media andaluza ya de por sí muy elevado. La situación sanitaria
era deplorable. El paro importante. Había pocas escuelas, a pesar
de que aquel curso comenzaba su andadura un nuevo colegio (el Federico García
Lorca) Las pocas casas que se construían no se terminaban, dejando sin
enlucir ni encalar las paredes de su perímetro, por lo que abundaban los
problemas de salud ocasionados por semejante falta de aislamiento. El proyecto
urbanístico primitivo, ideado por los ilustrados de Carlos III, se estaba
desvirtuando al no existir un Plan urbanístico ni unas normas
subsidiarias. Lo que ocurría en cada aldea no trascendía más allá de las
propias fronteras y los colonos eran desconocedores de lo que en los distintos
núcleos de población realizaban sus vecinos. Había pocos universitarios.
No había Instituto de Enseñanzas Medias, y legiones de jóvenes estudiantes
movilizaban día a día flotas de autobuses para trasladarse a los Centros
Educativos de los pueblos próximos o a la capital de la provincia.
Estábamos solamente tres médicos y 2 enfermeros para toda la Colonia y
solo un consultorio al que acudir desde los distintos pueblos. Los niños tenían
que ser atendidos por los Médicos Generales. Los Especialistas nos caían
muy lejos, y había que estar todo el día en la Capital para ser atendido en
pocos minutos. Para hacer un simple control de diabetes estos pacientes tenían
que ir a Córdoba. Podría seguir relatando innumerables circunstancias
similares.
Desde el primer día de estancia aquí me di cuenta de algo que no había
apreciado en ninguna otra parte: individualismo, solidaridad oculta,
laboriosidad, inventiva,... Era una idiosincrasia en la que se mezclaban
una serie de características, tanto positivas como negativas, que a pesar de
ellas desembocaban en la posibilidad de realizar un trabajo en equipo
que se podía desarrollar sin que se diesen cuenta de que lo estaban realizando.
Recién llegado a Fuente Palmera me entero de que aquí y muy pronto se pondría
en marcha el más moderno Plan de Regadíos de Europa y que ello traería trabajo
y riqueza para nuestra Colonia: se iban a crear más de dos mil puestos de
trabajo, iba a aumentar la población ostensiblemente, vendría mucha gente de
fuera, con otra cultura que se mezclaría con la autóctona; los puestos de
trabajo nuevos no serían precisamente para trabajar en el campo como hasta
ahora, sino en industrias de transformación de los productos agro-ganaderos
y especialmente en servicios, y para ello tendríamos que estar preparados, y
habría que proporcionar las bases formativas a nuestros jóvenes para que
fuesen ellos quienes ocupasen prioritariamente los puestos de trabajo que se
crearían en su pueblo y no fuesen ocupados por forasteros.
Al ser consciente de la envergadura del proyecto me corrió un sudor frío por
todo el cuerpo, ya que me di cuenta de que el enorme cambio que se iba a
producir podría suponer un peligro para el futuro de la Colonia si no se
sentaban unas bases sólidas asegurándolo. Fuente Palmera iba a pasar de ser una
zona muy deprimida socio-culturalmente a ser una población próspera y muy rica.
Estaba destinada a ser la "California Europea". Esto podía ser
negativo para los colonos si no se encauzaba. En pocos años una zona pobre en
lo económico y en lo cultural iba a pasar a ser muy rica en lo primero; pero no
daba tiempo a enriquecerla en lo segundo.
Había que ponerse a trabajar. No podíamos perder ni un segundo y había que trabajar
duro. Antes que nada y a la par había que dar a conocer al mundo la existencia
de Fuente Palmera, por lo que había que sacarla casi todos los días en
prensa cantando sus excelencias, que aunque pocas por entonces, escritas de una
manera amena y que "enganchara" a los lectores, se fuese hablando de
nuestra Colonia fuera de nuestras fronteras y fuese conocida en los ámbitos
industriales, empresariales y económicos necesarios.
Pero día a día había que trabajar en aquella mesa de trabajo, que por
aquel entonces solo tenía trabajo y no le habían crecido las patas necesarias
para que este fuese estable y eficiente. A este tablero que estaba a ras del
suelo le tenían que crecer las patas de la comunicación, la educación,
la sanidad, el conocimiento de la propia historia, la creación de tejido
empresarial, el urbanismo, las infraestructuras, y otra muy importante que era
la de dar entrada a todas las innovaciones futuras de la ciencia y la
tecnología.
Cualquiera que lea estas líneas hasta ahora se puede preguntar: ¿qué hace un
Médico recién llegado a Fuente Palmera pensando en todas estas cosas? Yo lo
tenía muy claro a pesar de las críticas de mis propios compañeros de entonces
que no comprendían por qué me implicaba tanto en este embrión de proyecto.
Tenía claro que mi misión en Fuente Palmera no era solo la de
médico. Mi concepción de la figura del Médico es la de ayudar globalmente a la
población en la que te encuentras en cada momento. Procurar la salud de mis
vecinos no era solo curarlos. Era proporcionarles los medios para que pudiesen
cuidarse y ser felices. Por lo tanto, mi misión en Fuente Palmera tenía que ser
la de ayudar holísticamente a que mejoraran las condiciones económicas y
socioculturales de los colonos.
Venía a este pueblo como Médico, trasladado de otro donde los vecinos se habían
empeñado en elegirme como Alcalde en las primeras elecciones municipales
democráticas. Cosa que yo había aceptado con dos condiciones que se
cumplieron inexorablemente: seguiría siendo el Médico del pueblo y no cobraría
ni un duro como Alcalde. Al fin y al cabo como Médico estaba al servicio del
pueblo las 24 horas del día y por ello cobraba mi sueldo; y lo mismo me daba
atender un problema del municipio en la consulta que un enfermo en la Alcaldía.
Allí dejé planteados numerosos proyectos que posteriormente a lo largo de los
años siguientes fueron desarrollando y terminando los que me sucedieron. Por
ello, no me sería difícil ayudar a Fuente Palmera a planificar su futuro,
máxime cuando el equipo de gobierno municipal de la Colonia estaba dirigido por
personas pertenecientes al partido político con el que se había
fusionado el que yo había pertenecido hasta entonces. Aclaro esto del partido
político, a pesar de que para ayudar a los demás no me importan las siglas sino
las personas, sus ganas de trabajar, su honestidad, su ética, su entrega
altruista a los demás, y sobre todo que me permitan trabajar y desarrollar mis
ideas.
Aclarado lo anterior, sigo relatando los comienzos de una frustrada
"California de Europa". Sentamos las bases para que así fuera,
pero los personalismos, las envidias, los protagonismos, los celos
partidistas y partidarios dentro del Partido, la hipocresía, el cinismo, la
falta de preparación de algunos, frenaron y estrangularon el desarrollo y el
futuro de nuestra Colonia.
De todos es conocido lo que ocurrió. Quien quiera recordarlo solo tiene
que consultar la hemeroteca: carreteras nuevas, edificios escolares en todos
los núcleos de población, actos del 215 aniversario de la Fundación de la Colonia,
recuperación de costumbres y sobre todo del Baile de los Locos, construcción y
puesta en marcha del Instituto de Enseñanzas Medias, Escuela de educación de
Adultos, anticipo de la Reforma Educativa respecto al resto de España,
implantación de la vacuna triple vírica varios años antes que el resto de
España, creación de Consultorios Locales en cuatro pueblos de la Colonia,
puesta en marcha de la Reforma Sanitaria y aumento de la plantilla de
profesionales de la salud, creación de un periódico local que sirvió de ejemplo
para la creación de otros muchos en otros municipios, Asamblea Local de Cruz
Roja, creación de Sociedades Agrarias de Transformación, Olimpíadas Escolares,
rondalla, asociaciones de vecinos, Asociación de Empresarios, Escuela de Empresas,
etc., etc. La lista es interminable.
Habíamos sentado las bases. Todo estaba preparado para poder soportar
el desarrollo que se nos venía encima.
Pero ¿qué ha ocurrido para que el sueño dorado no se haya terminado aún,
y no salgamos de la pesadilla a la que hemos estado sometidos? Sintetizaré:
Quienes tenían que dirigir el carro del desarrollo por las veredas y
caminos trazados para llevarnos a las autopistas del futuro, se salieron del
trayecto previsto, marcado y calculado. No solo se salieron de la ruta,
sino que por distintas motivaciones e intereses y con distintas estrategias y
subterfugios obligaron a bajarse del carro a todos quienes no
participábamos de la trasgresión de las normas y la traición al pueblo, porque
sabíamos que de aquella manera no se llegaría a la meta marcada, aunque
encubrieran el fracaso con falsas e inútiles consecuciones parciales, que solo
beneficiaban a muy pocos y perjudicaban a muchos, como al final se ha
demostrado. A pesar de ello, por lo que a mi respecta, he seguido luchando y
trabajando por la Colonia y los colonos como el primer día. Me da lástima
de algún personaje que otro que, por oscuros motivos que intuyo,
han intentado desprestigiarme en ámbitos superiores por los que se han
movido subrepticiamente con el objetivo de seguir sacando tajada. Aún así no
han conseguido quitarme un ápice de ilusión y fortaleza para seguir trabajando
por esta Colonia.
Ahora tenemos la oportunidad de volver al camino abandonado, y que
contracorriente y por dificultosos montes y siempre cuesta arriba, se ha
intentado alcanzar en los últimos tiempos. Ahora tenemos un nuevo carro
al que están dispuestos muchos a volver a subir. Pero hay que seleccionar
muy bien a los viajeros, ya que no todos van con la misma intención, ni tienen
la misma idea de Colonia: mientras muchos quieren volver a poner las bases de
aquella "California de Europa", otros quieren poner las bases de su
propio aprovechamiento y enriquecimiento.
En los discursos de toma de posesión de los nuevos ediles de nuestro Municipio,
los distintos portavoces y con distintos matices, manifestaron su deseo de
colaborar y unir sus fuerzas para reconducir la situación. El pueblo está
entusiasmado y a la expectativa tras oír estas promesas. No hay que
defraudarlo, pero tampoco hay que olvidarlo ni dejarlo sin participación. Todos
somos necesarios, todos tenemos que ser tenidos en cuenta en el grado de
responsabilidad que a cada uno le corresponda. Hay que ir desarrollando proyectos
conforme se puedan abordar y se cuente con medios, infraestructura y
personas para implementarlos. Para ello hay que descentralizar la gestión,
responsabilizar, delegar, coordinar, supervisar todo lo que se pretenda hacer.
No hay que tener prisas, ni querer hacer todo el primer año. Precisamente en
este primer periodo lo que hay que llevar a cabo son las medidas que puedan ser
peor comprendidas por los ciudadanos, mal acostumbrados a pensar que "todo
lo tienen que hacer el Ayuntamiento", "que lo paguen ellos",
etc., porque han estado siendo engañados cuando más fácil hubiera sido el crear
conciencia de que "Ayuntamiento somos todos" y esos "ellos"
que tienen que pagar, somos todos porque al fin y al cabo al Ayuntamiento y a
"ellos" quienes los mantenemos y pagamos somos nosotros con el dinero
que sale de nuestro trabajo.
Hay mucho que hacer y mucha conciencia que crear: entusiasmar a la
juventud, encomendándole tareas que ellos saben realizar mejor que nadie,
mejorar la educación y la enseñanza, movilizar al voluntariado, apoyar a las
empresas, mantener limpias nuestras calles, tratar seriamente la ocupación de
la vía pública por muy pocos en perjuicio de la mayoría, completar los avances
en temas sanitarios frenados desde hace seis o siete años, buscar y aplicar
formas para recuperar patrimonio municipal, etc.
Quiero terminar como comencé manifestando mi optimismo en el futuro viendo la
buena predisposición manifestada por todos. Ojalá continúe este clima de
tranquilidad y deseos de trabajar por la Colonia, por el que nos debemos
felicitar todos.
¡Salvad El Gollizno de Adamuz!
VER ARTÍCULO EN ESTE ENLACE https://x.com/BernabeGalan/status/1825946635131912380
-
Me impresionó el relato de un compañero por la similitud con la situación en la que progresivamente van entrando los establecimientos sanita...
-
En el mes de Mayo de 2008, siendo Presidente del Iltre. Colegio Oficial de Médicos de la Provincia de Córdoba, D. Serafín Romero Agüit, actu...
-
Publicado en LA VOZ DE CORDOBA el día 26 de Noviembre de 1983