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24 julio, 2022

Razones para rotar los médicos de familia por las zonas rurales (Artículo en su Bñlog del Dr. Angel Lopez Hernanz, del 16 de noviembre de 2017)

Razones para rotar los médicos de familia por las zonas rurales 


Razones para rotar los médicos de familia por una zona rural #MIR

Cuando pensamos en la figura de un médico, lo primero que se nos viene a la memoria es el médico del pueblo que nos atendía de niños o que veíamos atender a nuestros familiares cuando íbamos al pueblo de nuestros abuelos de vacaciones. La figura del médico rural, al servicio de la población 24 horas al día era lo habitual de otros tiempos y conserva todavía un cierto romanticismo en nuestra sociedad y sigue siendo, allá donde todavía existe, tan identificable como imprescindible.
 
Hay muchos que piensan, entre los que me incluyo, que la medicina rural es una disciplina propia y diferenciada dentro de la medicina de familia o generalista, porque el médico rural conserva y mantiene las características esenciales de la especialidad de medicina familiar y comunitariaatención integral, continuada y atención a la familia y la comunidad con competencias de transversalidad reales y que en el caso de la medicina rural rebasan los límites de nuestra disciplina y se desarrolla en todas las especialidades en unas condiciones de aislamiento, escasez de recursos y carga de trabajo.
 
Además los médicos rurales, que como yo, deciden vivir con sus familias en el mismo pueblo que sus pacientes, desarrollan un arraigo en su sociedad y conocen a sus pacientes extremadamente bien, pero también a sus padres e hijos y quizás a sus abuelos y algún bisabuelo, conocen las relaciones que hay entre ellos y donde viven, su situación laboral y económica y hasta sus redes sociales de apoyo, su forma de enfermar, como transmiten sus síntomas y la importancia de lo que van a consultar dependiendo de quién los acompañe a la consulta. Conocen el modo de enfermar de su comunidad, que es una comunidad definida y concreta, suelen ser los referentes para todos los temas de salud de la comunidad, implicándose a largo plazo en las costumbres y valores de la comunidad donde trabajan y viven, a pesar de las dificultades que en este asunto suelen encontrar. Desde esta situación privilegiada se puede realizar una promoción de la salud y prevención de la enfermedad a través de la propia figura del médico rural y su familia
Al convivir entre sus vecinos, se realiza de forma proactiva y natural actividades comunitarias que actúen positivamente en la salud comunitaria. En esta situación de convivencia también se desarrollan otras características más allá de la propia relación laboral y se asume la continuidad y longitudinalidad de la asistencia de forma práctica. 
La relación médico paciente en éste medio es más estrecha y tiene unas características específicas sin llegar a ser paternalista, como quizás pueda verse desde el exterior, influyen también en esta relación las propias relaciones de amistad, vecinales y hasta familiares (con la pareja y los hijos del médico).El médico rural es respetado y valorado con generosidad por sus pacientes y es una figura cardinal en la vida de su pueblo o comarca.
 
Por tanto los médicos internos residentes de la especialidad de medicina familiar y comunitaria es necesario que roten por una zona rural y teniendo en cuenta las consideraciones expuestas anteriormente, por las siguientes razones:
  1. Cualquier médico que desee trabajar en el sistema público de salud, debe conocer todas las condiciones de asistencia en los diferentes ámbitos de su red asistencial, una parte importante de esta asistencia sanitaria de atención primaria se realiza en zonas rurales. Conocimiento del trabajo en el medio rural.
  2. La atención primaria es la primera línea de atención en sanidad pública y debe estar preparada para cualquier cosa, entre ellas la atención en una zona aislada y solitaria de un consultorio local en una zona rural. Polivalencia.
  3. La especialidad de Medicina de Familia es la que se cubre con mayor dificultad en la oferta de plazas de la oposición MIR, y la oferta laboral de en zonas rurales se suelen cubrir con mayores apuros, por lo que es necesario que se conozca desde los estudios de pregrado y durante la formación específica de la especialidad de medicina familiar y comunitaria que los alumnos y médicos en formación conozcan de forma directa la medicina rural, para después poder elegirla, conociendo sus características propias incluidas las remuneraciones económicas. Conocimiento del medio rural.
  4. La medicina rural es una disciplina propia y diferenciada dentro de la medicina de familia porque conserva y mantiene las características esenciales de la especialidad de medicina familiar y comunitaria, eso es comprobable in situ cuando el médico residente pasa consulta en los consultorios rurales. Características propias.
  5. La continuidad de la asistencia a lo largo de la vida de las personas característica fundamental del médico de familia son propias del medio rural y podrá ser valorada en esta rotación. Conocimiento de los pacientes a lo largo de su vida.
  6. Las  funciones que definen al médico de familia: atención integral, continuada y atención a la familia y la comunidad, son más fácilmente aplicables en el ámbito rural. Esta continuidad no sólo se extiende lo largo del tiempo, sino a un conocimiento exhaustivo del entorno que permite el carácter integrador del médico de familia. Conocimiento del entorno a lo largo del tiempo.
  7. El residente debe ser capaz de afrontar tareas clínicas y ajustar los protocolos ideados para un equipo de atención primaria, a una situación en condiciones de soledad como la que viven los médicos rurales. Trabajo en solitario.
  8. La relación médico paciente tiene unas características propias y diferentes en la medicina rural, conocida por todos, pero solamente identificables cuando los jóvenes médicos rotan por los consultorios locales y visitan los domicilios de los pacientes y que se pierden los que no la realizan. Relación más allá de la de médico-paciente estrecha y diferente.
  9. En la rotación rural el residente podrá observar, en algunos casos, como la medicina rural no es sólo un trabajo, ayuda a madurar como persona ya que el médico rural está marcado por el entorno en el que se desenvuelve siendo la medicina rural una forma de vida dentro de la comunidad. Forma de vida.
  10. La atención a la comunidad y la educación para la salud son más fácilmente adaptables en poblaciones uniformes y estables con actores sociales y vecinales reconocibles, como ocurre en los pueblos, esto permite al residente en la rotación rural organizar charlas o talleres, así como favorecer su interacción con la comunidad e integrar la educación sanitaria como una tarea fundamental de su ejercicio. Atención a la comunidad y educación para la salud diaria y establecida de forma natural.
  11. Práctica fuera de las áreas urbanas donde por su localización obliga a los médicos de familia a tener o adquirir conocimientos u otras habilidades no habituales en áreas urbanas, sin problemas de accesibilidad, atendiendo a todos los grupos de edad en una misma consulta pudiendo adoptar los diferentes roles de los profesionales que trabajan en su ámbito. Manejando todos los problemas de salud que se les presenten, cartera de servicios amplia, la actividad domiciliaria es una parte muy importante de su actividad diaria. Polivalencia y multitarea.
  12. El residente podrá comprobar in situ que ya no es ejercicio solitario y romántico de antesConectados con las TICs.
         
Foto de Eugene Smith/Life
Dr. Ernest Ceriani. Médico Rural. 1948
Biografía consultada:

04 julio, 2022

¿Por qué, en Argentina, el 4 de Julio se celebra el DIA DEL MÉDICO RURAL?

https://www.filo.news/actualidad/Por-que-el-4-de-julio-se-conmemora-el-Dia-del-Medico-Rural-20200703-0070.html




Es en homenaje al natalicio del Dr Esteban Laureano Maradona, conocé en esta nota su fascinante y altruista vida.

¿Por qué el 4 de julio se conmemora el Día del Médico Rural?

¿Por qué el 4 de julio se conmemora el Día del Médico Rural?

Esteban Laureano Maradona fue un médico rural símbolo de austeridad y humildad toda su vida, la cual dedicó al cuidado de los otros, como así también, su contribución al estudio de la flora y la fauna, su apoyo a las comunidades indígenas, sus artículos de medicina, y su desprejuiciada contribución para la cultura y los derechos de los trabajadores.

Este médico rural, naturalista, escritor, filántropo argentino, nació en Esperanza, un pueblo de la provincia de Santa Fe, un 4 de julio de 1895. Pero pasó la mayor parte de su vida en una remota localidad de Formosa, por un acto del destino que lo puso ahí, y lo signó a ser el médico más querido del pueblo “Estanislao del Campo”.

Pero antes de todo eso, vayamos a su infancia, creció en una familia acomodada, rodeado de naturaleza. Una vez terminado los estudios secundarios se trasladó  a la gran Buenos Aires para estudiar medicina, se recibió en 1926 en la UBA y abandonó la capital federal en 1930, donde se dirigió a Resistencia, Chaco, y se instaló allí junto a su consultorio médico.

Viajó a la Isla del Cerrito, donde la lepra inundaba las calles, y pregonó la instalación de un lugar para poder asistir a los enfermos. Allí publicó numerosos artículos en “La Voz del Chaco” el periódico local acerca de la  lepra, la  lactancia e incluso sobre los alcances de la Ley 9.688 que hacía referencia a los accidentes de trabajo y dónde se gano la enemistad de los empleadores, ya que ayudaba e instaba a los empleados a defender sus derechos laborales. También hablaba en contra del gobierno de facto de José Félix Uriburu, lo cual hizo que fuera perseguido por el régimen.

Partió rumbo a Paraguay donde se iniciaba la guerra del Chaco Boreal y allí pudo ofrecer sus servicios de médico. Estuvo preso por algunos meses acusado de espionaje. Tras recobrar la libertad ejerció la medicina en el Hospital Naval, donde lo designaron director.

En Paraguay se enamoró de Aurora Ebaly, una chica de 20 años que falleció a causa de la fiebre tifoidea. Hecho que le ocasionó tanto dolor, que nunca más volvió a enamorarse.

En  1935,  más precisamente un 2 de noviembre, decidió volver a Argentina para instalarse en la ciudad donde pondría su consultorio, pero nunca llegó. Ya que el tren en el que se disponía hacer el trayecto tuvo una parada de emergencia en la localidad de Formosa, a la altura del  KM 234 del Paraje de Guaycurú, donde oyó una voz desesperada  que pedía ayuda para una mujer que se encontraba en trabajo de parto desde hacía varios días con muchas complicaciones, Maradona lo recordaría tiempo después:

“Un grupo de personas preguntaba a voz en cuello si algún pasajero se animaba a asistir a una parturienta en estado de gravedad. Tomé mi maletín y me subí a un sulky, de las riendas tiraba una mujer cincuentona. El parto fue difícil. La parturienta en verdad estaba grave. Se llamaba Mercedes Almirón y a mano saqué a esa criatura, una nena”. Dijo el médico santafecino.

Ese pueblo recóndito de Formosa llamado Estanislao del Campo  solo contaba con 2 médicos y un veterinario, que también, mediante un permiso especial y a vistas de la falta de especialistas, asistía de vez en cuando a personas. Hizo que el doctor se replanteara su decisión de viajar a la gran ciudad, y entendió que sus conocimientos iban a ser más necesarios en ese lugar, en donde no había nada y en el que finalmente residió hasta los 90 años.

Dr Maradona en el pueblo dónde vivió la mayor parte de su vida.

Vivió en un rancho sin luz eléctrica, por elección y sin ninguna pretensión, solo lo necesario para subsistir y brindó servicios de manera gratuita, apoyó y aportó a las comunidades indígenas  desde sus servicios así como también ayuda económica, cultural y humana. Y realizó grandes aportes al conocimiento de las colectividades del Noroeste Argentino.

Rancho donde residia el Dr Estebán Maradona.

Pero no fue fácil al principio, según un extracto del programa “Historias de la Argentina Secreta” de (1986) Esteban dijo:

"Cuando yo llegué empezaron los problemas. Todo esto era monte, solo había cuatro o cinco ranchos y estaba todo rodeado de indios, que por otra parte me querían matar. Tanto que uno de ellos, que era famoso, me agarró de las solapas y me sacudió, amenazándome. Pero nunca les tuve miedo ni me demostré asustado. Y no por dármelas de valiente. Sino porque  soy así nomás. Pero con la palabra dulce y la práctica de la medicina, tratando las enfermedades, dándoles tabaco y consiguiéndoles ropas, las cosas fueron cambiando. Así los traté hasta hoy. Me remangué, me metí en el monte sin ningún temor, arriesgando mi vida y también mi salud.

A lo largo de su vida escribió y publicó varias obras científicas sobre antropología, flora y fauna de la región y artículos de medicina. Renunció a todo tipo de honorarios y premios materialistas.

En varias oportunidades fue nominado para el premio Nobel del cual siempre se refirió:

"No quiero recibir el Nobel. Y si me obligaran, donaría todo el dinero para la niñez. Porque, una vez que yo parta, no quiero que quede un solo chico sin saber leer, escribir y sin atención médica. Ellos son los verdaderos dueños del país”.

Hoy en día más de 20 libros de su autoría esperan ser publicados por el Congreso Nacional Argentino para ser donado a las bibliotecas públicas del país.

En 1986, enfermó a la edad de 90 años y decidió viajar a la Ciudad de Rosario, donde vivía un sobrino/nieto. Llegó en muy malas condiciones, por lo que fue hospitalizado de urgencia. Una vez recuperado y dado de alta se quedó a vivir con la familia de su sobrino hasta el día de su muerte, un 14 de enero de 1995,  los 99 años.

“Si algún asomo de mérito me asiste en el desempeño de mi profesión, éste es bien limitado, yo no he hecho más que cumplir con el clásico juramente hipocrático de hacer el bien a mis semejantes”. Dijo alguna vez con sentida humildad.

Es por eso que en recuerdo de su vida ejemplar, que se une a la de todos los médicos rurales Argentinos, y mediante la ley 25.448, se declaró el Día del Médico Rural, el mismo día en el que nació este altruista ejemplar llamado Esteban Laureano Maradona.

05 abril, 2022

LA MEDICINA RURAL: Una opción seductora para los médicos jóvenes

 https://medicorural.es/la-medicina-rural-por-bernabe-galan-medico-rural/

LA MEDICINA RURAL: Una opción seductora para los médicos jóvenes


La medicina rural por Bernabé Galán, médico rural.

LA MEDICINA RURAL: Una opción seductora para los médicos jóvenes

Dr. Bernabé Galán. Médico de Fuente Palmera


“Confieso que he vivido”, como diría Pablo Neruda. Confieso que soy Médico de pueblo por convencimiento progresivo y evolucionado con el tiempo. Desde el primer momento en que viví el ejercicio de la Medicina Rural me sentí seducido por ella. Hoy día, después de 47 años ejerciéndola ininterrumpidamente, sigo disfrutando como el primer día.

Conocí el encanto de trabajar como Médico de Familia, antes de que existiera el Ministerio de Sanidad, la Reforma Sanitaria de la Atención Primaria e incluso de nuestra especialidad. Precisamente entonces, en nuestra nómina como Médicos Titulares, se nos calificaba como Médicos de Familia, antes de llamarnos Médicos Generales y después Especialistas en Medicina de Familia y Comunitaria. El Médico Titular era un adelantado de lo que después, con la Reforma Sanitaria, fueron los EBAP (Equipos Básicos de Atención Primaria). Eran tiempos en los que el Médico, en el pueblo, hacía de todo: Además de atender en consulta y urgencias, también tenía que atender partos, inscribir en el Registro Civil, hacer autopsias, inspecciones a establecimientos comerciales, industriales, alimenticios, talleres, etc., emitir cédulas de habitabilidad de las viviendas, autorizaciones de apertura de negocios, reconocimientos de quintos, inspecciones medico-escolares, atención a funcionarios de las Fuerzas Armadas y de la Administración Local, atender a los pobres e indigentes de Beneficencia Municipal, pequeñas intervenciones quirúrgicas, promoción de la salud, educación sanitaria, salud pública, estadísticas y por supuesto prestación de servicios a la Seguridad Social y coordinación con los otros sanitarios locales.

Para realizar lo anterior teníamos todo el tiempo del mundo: 24 horas al día, 7 días a la semana los 365 días del año. Eras responsable absoluto de lo que ocurriera en tu demarcación. Incluso para irte de vacaciones o ausentarte del pueblo, además de la autorización de la Jefatura Provincial de Sanidad, tenías que obtener el visto bueno del alcalde del pueblo.

Repito, que a pesar de todos los “inconvenientes” que podíamos tener yo me encontraba feliz en mi destino y añoro –a lo mejor es por echar de menos la juventud física- aquellos tiempos, en los que tenías mayor autonomía, eras reconocido no solo por los vecinos sino también por la Administración y  tenías bastante tiempo para poder estudiar y mantenerte al día, eso sí, a costa de tu bolsillo.

En 1984, el médico, sociólogo y escritor británico Julián Tudor Hart escribía en la revista “Atención Primaria” (y yo lo suscribo y siempre lo he dicho) que en el nuevo médico rural “se combinan las aptitudes clínicas con las aptitudes de la medicina de las poblaciones, con suficiente lealtad hacia sus pacientes para quedarse en su plaza y realizar su trabajo hasta el final”.

Poco antes de finalizar el siglo pasado, en noviembre de 1996, celebramos en Granada un Congreso Internacional de Medicina de Familia y Comunitaria, organizado por SEMFYC, en el cual se desarrollaría una mesa a la que se le dio mucha importancia, ya que en ella se tratarían ponencias sobre Medicina Rural. Un año antes habíamos organizado un grupo de Medicina Rural dentro de esta Sociedad Científica y los ponentes de dicha mesa éramos algunos compañeros del citado grupo. Mi ponencia se denominaba “Medicina de Familia en el Medio Rural en el siglo XXI”.

Estábamos convencidos en aquel momento que la Medicina Rural tenía un futuro esperanzador. Nada parecido a lo que está ocurriendo ahora. Nuestra misión entonces era entusiasmar y convencer a nuestros compañeros para que acudieran a trabajar a los pueblos. La Medicina de Familia, en ese medio,  era desconocida y poco valorada y los nuevos Médicos de Familia tenían que conocer las características y los atractivos que la diferenciaban de la del medio urbano. La vida en el medio rural tiene, para el médico, una serie de características que le hacen ser el genuino médico de familia.

Para mí un Médico Rural es aquel médico que atiende a las personas de una manera integral y con continuidad, en su entorno familiar y social. La linealidad, la integración y la participación del tejido social en la atención sanitaria son fundamentales en la eficiencia de su ejercicio profesional que, hasta que llegó la Reforma Sanitaria, realizaba con mucha precariedad de medios.

Como complemento de lo anterior ha de conocer bien el medio ambiente y los riesgos atribuibles a sus características, así como ser consciente de los valores, actitudes, costumbres, creencias y tradiciones de los vecinos. En ocasiones algunas de las patologías que sufre la población están relacionadas con estos aspectos de la vida cotidiana.

Por ello, el ejercicio profesional del médico en el pueblo tiene unas diferencias con la de quien ejerce en la ciudad. Como ventajas o razones positivas diré que la satisfacción de los pacientes es superior con los rurales que, con los urbanos, aunque no significativa, ya que la consideración que se nos tiene a los Médicos de Familia es muy elevada. Por ello la relación médico-paciente, las técnicas de entrevista y la atención a la familia son diferentes debido a la idiosincrasia del medio rural. Suelen ser personas sencillas, humildes, modestas, comprensivas y podríamos decir sin desestimación alguna, que generalmente son más dóciles y obedientes a nuestros consejos.

Estas últimas características facilitan la tarea a quienes, como a mí, les apasiona la Educación para la Salud, la promoción de la misma, la relación y atención a la comunidad y por supuesto la identificación de los líderes sociales, de quienes echar mano cuando se quiera implementar cualquier proyecto saludable. Su labor difusora es imprescindible, ya que hoy día manejan no solo el “boca a boca” sino todo tipo de redes sociales.

Algo que me ha llamado siempre la atención es la actitud ante la muerte y la enfermedad que tienen en el medio rural, diferente a la del urbano y también esta varía según la distancia que hay hasta el hospital y de lo aislado que esté el pueblo, así como de las comunicaciones. La objetividad ante la realidad, la resignación ante lo evidente, la filosofía de vida de las personas que viven en pueblos es admirable y aún más mientras más pequeños sean los núcleos de población.

Para mí, todo lo anterior han sido ventajas o algo positivo que quisiera invitar a sentir a quienes lo desconocen.

También hay una serie de desventajas o razones negativas que pueden ahuyentar a los posibles candidatos a ejercer en pueblos.

Lo que antiguamente era un obstáculo para muchos, al tener que estar de servicio permanente las 24 horas, –reconozco que para mí no lo era- se solucionó con la Reforma de Atención Primaria, estableciéndose horarios y turnos de guardia. De esta manera dependía de la voluntariedad de cada uno el permanecer viviendo en el pueblo si te apetecía.

Pesa mucho el aislamiento profesional, formativo, cultural, social y familiar. En los tiempos que corren, se palia con las modernas comunicaciones, si bien suponía un sacrificio y un coste económico extra, amén de molestias, tener a tus hijos fuera del domicilio familiar para poder estudiar, no poder asistir a muchos actos culturales que se celebraran en la capital, el estar en contacto físico con otros compañeros de tu profesión y amigos y un largo etc.

Aunque no es relevante, ya que el Médico de Familia está preparado y formado para poder atender a las personas desde que nacen hasta que mueren, hay algo bastante generalizado cual es la ausencia de pediatras en los centros de salud rurales con lo que el médico de familia ha de hacerse cargo de la atención infantil.  


Pero estos inconvenientes eran contrarrestados por una serie de
 ventajas y razones positivas que pueden ser atractivas para convencer a los jóvenes a venirse al medio rural.

En el pueblo te das cuenta de tu pluripotencialidad. Hasta que no te encuentras solo, inmerso en esa aventura –y eres joven para vivirla e incluso disfrutarla- no eras consciente de muchas de tus capacidades.

Poco a poco te vas dando cuenta de que tu relación con los pacientes, con tus vecinos, es cada día más satisfactoria en ambos sentidos, lo que favorece la atención. Y esa satisfacción va aumentando conforme pasa el tiempo y cuando te das cuenta eres un referente de la linealidad en Atención Primaria. Eso de llegar a conocer y que te conozcan cinco o seis generaciones familiares es algo que hay que conocer y vivir para saber de qué se trata, cómo se disfruta y cuánto te ayuda en tu labor.

Tienes una mayor autonomía y facilidades para organizar tu trabajo clínico y preventivo y para realizar proyectos relacionados con la salud pública, promoción de la salud y educación sanitaria, así como participación de la comunidad y todo esto lo puedes llevar a cabo coordinado con otros profesionales sanitarios.

También puedes hacer múltiples y variados tipos de investigaciones como pueden ser sobre enfermedades infecciosas, geriatría, atención infantil, salud comunitaria, urgencias, salud mental, mortalidad, aspectos relacionados con el duelo, enfermedades y enfermos terminales, educación para la salud, etc.

En resumen: Gracias a que la población es limitada y estable, por lo que es mejor conocida y hay mayor posibilidad de contacto con los líderes sociales, puedes realizar mejor tu trabajo y organizarte con mayor autonomía. Los procesos se siguen mejor gracias a la continuidad y se pueden llevar a cabo estudios prospectivos.

Pero todo lo anterior no es suficiente para atraer médicos a los pueblos. La Administración tiene que poner de su parte si no quiere que la “España vaciada” se convierta en una “España abandonada” en el aspecto sanitario. Tiene que aportar valor añadido a ese sacrificio que supone el trabajar en solitario en lugares con dispersión geográfica, distantes de la ciudad y lejos de un hospital, viviendo en el mismo entorno donde trabajas, con personas con diferente nivel cultural, teniendo que atender niños, embarazadas, urgencias, etc. Además de un permanente reconocimiento por parte de la Administración, Comunidad y Organizaciones Profesionales, el Estado debe establecer una serie de incentivos como pueden ser, por ejemplo: Dando mayor autonomía de gestión y organización, mejorando la comunicación telemática, videoconferencias, telemedicina, transmisión vía satélite, etc. Primero que a nadie llevarlo al medio rural. Mejorando las infraestructuras y carreteras. Así mismo se deben potenciar las relaciones con el hospital y especialidades hospitalarias. Se debe facilitar la formación de redes de comunicación entre los médicos rurales y creación de grupos de trabajo y de ayuda mutua, entre los compañeros más próximos geográficamente.

La Medicina Rural se debe tratar en la Facultad como asignatura propia. Creo que es buena idea también, además de un profesorado específico, llevar a la Facultad a médicos líderes rurales enamorados de su trabajo, que potencien los aspectos positivos y minoren los negativos. Los MIR de Familia deberían rotar por el medio rural durante un tiempo no inferior a 6 meses, con un programa amplio específico.

Y en el aspecto profesional y familiar, se deberá facilitar la conciliación familiar, ofreciéndoles una vivienda digna y gratuita, diferenciar los salarios respecto a los que trabajan en la ciudad, mejorando la dotación y equipamiento de medios de diagnóstico, promoción profesional, mejoras en los baremos puntuando los servicios y la permanencia en el mismo sitio, el doble que en el urbano. Es importante hacer ostensible el apoyo a la investigación en el medio rural y también que se les den facilidades para asistir a congresos nacionales e internacionales.

En muchos de estos últimos incentivos pueden colaborar –y seguro que lo harían con agrado-los Ayuntamientos y las Diputaciones provinciales.

No me extiendo más. Con estos párrafos he querido sintetizar mis sentimientos y mi opinión sobre la Medicina Rural. Es mi granito de arena en la construcción de un soporte firme que sirva para convencer a los nuevos Médicos de Familia -e incluso a los no tan jóvenes- para que se acerquen a este modelo de ejercer la Medicina en unas condiciones diferentes.





26 marzo, 2022

Mi definición de libertad

Definamos Libertad en palabras sencillas: hacer o no hacer lo que deseas sin molestar a los demás y respetando sus decisiones. Es hermoso ejercer la libertad. Pero aún es más placentero y edificante permitir que otros la ejerzan, la sientan y la disfruten.

19 marzo, 2022

La "California" perdida

La california europea ( Diario Córdoba - 14/08/2007 )

Fuente Palmera: Reflexiones sobre la casi perdida California Europea

Dr. Bernabé Galán Sánchez. Médico de Familia. Fuente Palmera


Tengo que confesar que en estos momentos me encuentro con optimismo y ganas de trabajar (que nunca me han faltado en los 27 años que llevo en Fuente Palmera) similares a los que tenía cuando llegué a esta Colonia en 1980. Me encontré una zona muy atrasada y aislada; muy deprimida socio-culturalmente, amén de su problema geográfico de dispersión. Sus habitantes, a pesar del corto periodo de tiempo transcurrido desde que Carlos III les había dado carta de ciudadanía española, no solo se habían olvidado del idioma de sus antepasados, sino que para más inri desconocían sus raíces y la procedencia de sus tatarabuelos. El índice de analfabetismo era muy superior a la media andaluza ya de por sí muy elevado. La situación sanitaria era deplorable. El paro importante. Había pocas escuelas, a pesar de que aquel curso comenzaba su andadura un nuevo colegio (el Federico García Lorca) Las pocas casas que se construían no se terminaban, dejando sin enlucir ni encalar las paredes de su perímetro, por lo que abundaban los problemas de salud ocasionados por semejante falta de aislamiento. El proyecto urbanístico primitivo, ideado por los ilustrados de Carlos III, se estaba desvirtuando al no existir un Plan urbanístico ni unas normas subsidiarias. Lo que ocurría en cada aldea no trascendía más allá de las propias fronteras y los colonos eran desconocedores de lo que en los distintos núcleos de población realizaban sus vecinos. Había pocos universitarios. No había Instituto de Enseñanzas Medias, y legiones de jóvenes estudiantes movilizaban día a día flotas de autobuses para trasladarse a los Centros Educativos de los pueblos próximos o a la capital de la provincia.

Estábamos solamente tres médicos y 2 enfermeros para toda la Colonia y solo un consultorio al que acudir desde los distintos pueblos. Los niños tenían que ser atendidos por los Médicos Generales. Los Especialistas nos caían muy lejos, y había que estar todo el día en la Capital para ser atendido en pocos minutos. Para hacer un simple control de diabetes estos pacientes tenían que ir a Córdoba. Podría seguir relatando innumerables circunstancias similares.

Desde el primer día de estancia aquí me di cuenta de algo que no había apreciado en ninguna otra parte: individualismo, solidaridad oculta, laboriosidad, inventiva,... Era una idiosincrasia en la que se mezclaban una serie de características, tanto positivas como negativas, que a pesar de ellas desembocaban en la posibilidad de realizar un trabajo en equipo que se podía desarrollar sin que se diesen cuenta de que lo estaban realizando.

Recién llegado a Fuente Palmera me entero de que aquí y muy pronto se pondría en marcha el más moderno Plan de Regadíos de Europa y que ello traería trabajo y riqueza para nuestra Colonia: se iban a crear más de dos mil puestos de trabajo, iba a aumentar la población ostensiblemente, vendría mucha gente de fuera, con otra cultura que se mezclaría con la autóctona; los puestos de trabajo nuevos no serían precisamente para trabajar en el campo como hasta ahora, sino en industrias de transformación de los productos agro-ganaderos y especialmente en servicios, y para ello tendríamos que estar preparados, y habría que proporcionar las bases formativas a nuestros jóvenes para que fuesen ellos quienes ocupasen prioritariamente los puestos de trabajo que se crearían en su pueblo y no fuesen ocupados por forasteros.

Al ser consciente de la envergadura del proyecto me corrió un sudor frío por todo el cuerpo, ya que me di cuenta de que el enorme cambio que se iba a producir podría suponer un peligro para el futuro de la Colonia si no se sentaban unas bases sólidas asegurándolo. Fuente Palmera iba a pasar de ser una zona muy deprimida socio-culturalmente a ser una población próspera y muy rica. Estaba destinada a ser la "California Europea". Esto podía ser negativo para los colonos si no se encauzaba. En pocos años una zona pobre en lo económico y en lo cultural iba a pasar a ser muy rica en lo primero; pero no daba tiempo a enriquecerla en lo segundo.
Había que ponerse a trabajar. No podíamos perder ni un segundo y había que trabajar duro. Antes que nada y a la par había que dar a conocer al mundo la existencia de Fuente Palmera, por lo que había que sacarla casi todos los días en prensa cantando sus excelencias, que aunque pocas por entonces, escritas de una manera amena y que "enganchara" a los lectores, se fuese hablando de nuestra Colonia fuera de nuestras fronteras y fuese conocida en los ámbitos industriales, empresariales y económicos necesarios.

Pero día a día había que trabajar en aquella mesa de trabajo, que por aquel entonces solo tenía trabajo y no le habían crecido las patas necesarias para que este fuese estable y eficiente. A este tablero que estaba a ras del suelo le tenían que crecer las patas de la comunicación, la educación, la sanidad, el conocimiento de la propia historia, la creación de tejido empresarial, el urbanismo, las infraestructuras, y otra muy importante que era la de dar entrada a todas las innovaciones futuras de la ciencia y la tecnología.

Cualquiera que lea estas líneas hasta ahora se puede preguntar: ¿qué hace un Médico recién llegado a Fuente Palmera pensando en todas estas cosas? Yo lo tenía muy claro a pesar de las críticas de mis propios compañeros de entonces que no comprendían por qué me implicaba tanto en este embrión de proyecto. Tenía claro que mi misión en Fuente Palmera no era solo la de médico. Mi concepción de la figura del Médico es la de ayudar globalmente a la población en la que te encuentras en cada momento. Procurar la salud de mis vecinos no era solo curarlos. Era proporcionarles los medios para que pudiesen cuidarse y ser felices. Por lo tanto, mi misión en Fuente Palmera tenía que ser la de ayudar holísticamente a que mejoraran las condiciones económicas y socioculturales de los colonos.

Venía a este pueblo como Médico, trasladado de otro donde los vecinos se habían empeñado en elegirme como Alcalde en las primeras elecciones municipales democráticas. Cosa que yo había aceptado con dos condiciones que se cumplieron inexorablemente: seguiría siendo el Médico del pueblo y no cobraría ni un duro como Alcalde. Al fin y al cabo como Médico estaba al servicio del pueblo las 24 horas del día y por ello cobraba mi sueldo; y lo mismo me daba atender un problema del municipio en la consulta que un enfermo en la Alcaldía. Allí dejé planteados numerosos proyectos que posteriormente a lo largo de los años siguientes fueron desarrollando y terminando los que me sucedieron. Por ello, no me sería difícil ayudar a Fuente Palmera a planificar su futuro, máxime cuando el equipo de gobierno municipal de la Colonia estaba dirigido por personas pertenecientes al partido político con el que se había fusionado el que yo había pertenecido hasta entonces. Aclaro esto del partido político, a pesar de que para ayudar a los demás no me importan las siglas sino las personas, sus ganas de trabajar, su honestidad, su ética, su entrega altruista a los demás, y sobre todo que me permitan trabajar y desarrollar mis ideas.

Aclarado lo anterior, sigo relatando los comienzos de una frustrada "California de Europa". Sentamos las bases para que así fuera, pero los personalismos, las envidias, los protagonismos, los celos partidistas y partidarios dentro del Partido, la hipocresía, el cinismo, la falta de preparación de algunos, frenaron y estrangularon el desarrollo y el futuro de nuestra Colonia.
De todos es conocido lo que ocurrió. Quien quiera recordarlo solo tiene que consultar la hemeroteca: carreteras nuevas, edificios escolares en todos los núcleos de población, actos del 215 aniversario de la Fundación de la Colonia, recuperación de costumbres y sobre todo del Baile de los Locos, construcción y puesta en marcha del Instituto de Enseñanzas Medias, Escuela de educación de Adultos, anticipo de la Reforma Educativa respecto al resto de España, implantación de la vacuna triple vírica varios años antes que el resto de España, creación de Consultorios Locales en cuatro pueblos de la Colonia, puesta en marcha de la Reforma Sanitaria y aumento de la plantilla de profesionales de la salud, creación de un periódico local que sirvió de ejemplo para la creación de otros muchos en otros municipios, Asamblea Local de Cruz Roja, creación de Sociedades Agrarias de Transformación, Olimpíadas Escolares, rondalla, asociaciones de vecinos, Asociación de Empresarios, Escuela de Empresas, etc., etc. La lista es interminable.
Habíamos sentado las bases. Todo estaba preparado para poder soportar el desarrollo que se nos venía encima.

Pero ¿qué ha ocurrido para que el sueño dorado no se haya terminado aún, y no salgamos de la pesadilla a la que hemos estado sometidos? Sintetizaré: Quienes tenían que dirigir el carro del desarrollo por las veredas y caminos trazados para llevarnos a las autopistas del futuro, se salieron del trayecto previsto, marcado y calculado. No solo se salieron de la ruta, sino que por distintas motivaciones e intereses y con distintas estrategias y subterfugios obligaron a bajarse del carro a todos quienes no participábamos de la trasgresión de las normas y la traición al pueblo, porque sabíamos que de aquella manera no se llegaría a la meta marcada, aunque encubrieran el fracaso con falsas e inútiles consecuciones parciales, que solo beneficiaban a muy pocos y perjudicaban a muchos, como al final se ha demostrado. A pesar de ello, por lo que a mi respecta, he seguido luchando y trabajando por la Colonia y los colonos como el primer día. Me da lástima de algún personaje que otro que, por oscuros motivos que intuyo, han intentado desprestigiarme en ámbitos superiores por los que se han movido subrepticiamente con el objetivo de seguir sacando tajada. Aún así no han conseguido quitarme un ápice de ilusión y fortaleza para seguir trabajando por esta Colonia.

Ahora tenemos la oportunidad de volver al camino abandonado, y que contracorriente y por dificultosos montes y siempre cuesta arriba, se ha intentado alcanzar en los últimos tiempos. Ahora tenemos un nuevo carro al que están dispuestos muchos a volver a subir. Pero hay que seleccionar muy bien a los viajeros, ya que no todos van con la misma intención, ni tienen la misma idea de Colonia: mientras muchos quieren volver a poner las bases de aquella "California de Europa", otros quieren poner las bases de su propio aprovechamiento y enriquecimiento.
En los discursos de toma de posesión de los nuevos ediles de nuestro Municipio, los distintos portavoces y con distintos matices, manifestaron su deseo de colaborar y unir sus fuerzas para reconducir la situación. El pueblo está entusiasmado y a la expectativa tras oír estas promesas. No hay que defraudarlo, pero tampoco hay que olvidarlo ni dejarlo sin participación. Todos somos necesarios, todos tenemos que ser tenidos en cuenta en el grado de responsabilidad que a cada uno le corresponda. Hay que ir desarrollando proyectos conforme se puedan abordar y se cuente con medios, infraestructura y personas para implementarlos. Para ello hay que descentralizar la gestión, responsabilizar, delegar, coordinar, supervisar todo lo que se pretenda hacer. No hay que tener prisas, ni querer hacer todo el primer año. Precisamente en este primer periodo lo que hay que llevar a cabo son las medidas que puedan ser peor comprendidas por los ciudadanos, mal acostumbrados a pensar que "todo lo tienen que hacer el Ayuntamiento", "que lo paguen ellos", etc., porque han estado siendo engañados cuando más fácil hubiera sido el crear conciencia de que "Ayuntamiento somos todos" y esos "ellos" que tienen que pagar, somos todos porque al fin y al cabo al Ayuntamiento y a "ellos" quienes los mantenemos y pagamos somos nosotros con el dinero que sale de nuestro trabajo.

Hay mucho que hacer y mucha conciencia que crear: entusiasmar a la juventud, encomendándole tareas que ellos saben realizar mejor que nadie, mejorar la educación y la enseñanza, movilizar al voluntariado, apoyar a las empresas, mantener limpias nuestras calles, tratar seriamente la ocupación de la vía pública por muy pocos en perjuicio de la mayoría, completar los avances en temas sanitarios frenados desde hace seis o siete años, buscar y aplicar formas para recuperar patrimonio municipal, etc.
Quiero terminar como comencé manifestando mi optimismo en el futuro viendo la buena predisposición manifestada por todos. Ojalá continúe este clima de tranquilidad y deseos de trabajar por la Colonia, por el que nos debemos felicitar todos.

 


¡Salvad El Gollizno de Adamuz!

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