Hoy podemos describir la medicina
antropológica así:
1. Concepto positivo e integrativo de
la salud;
2. Necesidad de participación activa
del individuo en el cuidado de la salud;
3. Concepto multifactorial de las
enfermedades;
4. Estudio sistemático de las
relaciones entre los factores sociales, psicológicos y biológicos
que determinan la distancia en salud y enfermedad;
5. Aplicación de los principios
científicos al estudio de los fenómenos subpersonales que afectan
la salud;
6. Empleo igualmente de
procedimientos y recursos naturales, no invasivos, no ortodoxos para
tratar enfermedades;
7. Enfoque integral y humanista de la
tarea asistencial.
En consecuencia, el médico
antropológico ha de satisfacer estas condiciones:
1. Verdadera vocación por la
medicina;
2. Bien lograda formación científica
(conocimientos y habilidades para aplicarlos);
3. Elaboración de una correcta
concepción del mundo en cuanto a estructura, dimensión y
existencia;
4. Concepción del mundo que sirva al
análisis de la existencia individual;
5. Sensibilidad para atender al
hombre enfermo, comprender el sentido de sus palabras y silencios,
sus gestos y reticencias;
6. Experiencia meritada y reflexiva
de la vida para que la condición del enfermo pueda percibirse en su
real implicación vital;
7. Mente libre, ecuánime,
equilibrada, capaz de objetividad y neutralidad emocional;
8. Condiciones de humanidad,
reconocimiento de la persona, de la dignidad humana y de la libertad,
formación cultural general.
Concebida así la medicina,
entonces tiene una fuerte vocación humanística.
El enfermo debe ser comprendido,
respetado y apreciado como se merece todo ser humano. El profesional
de la salud debe identificarse de tal modo con el paciente,
entendiendo que él como persona también está comprometido en la
tarea médica, desde que como persona él también va a necesitar
atención médica en algún momento de su vida.
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