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25 abril, 2002

LA PERDURABILIDAD DE UNOS SUPOSITORIOS

La necesidad de muchas personas, la ignorancia, el retraso cultural, la diferencia social y el deseo de ayudarlos, son algunos de los aliños que condimentan el mantenimiento de la juventud en algunos médicos rurales, a pesar de ir cumpliendo años en el mismo medio.
En una ocasión, siendo muy joven (en años) quien escribe estas líneas, se le presentó en la consulta un señor a quien conocía por ser vecino, pero que jamás había necesitado mis servicios desde que me encontraba en aquel pueblo cordobés. Se quejaba de un dolor en la rodilla derecha, que le había aparecido hacía unos meses, pero que ya le estaba molestando todos los días y quería dejar de tenerlo. Lo exploré, no encontrando nada que lo justificara que no fuera un proceso artrósico debido a las características personales del paciente.
Le prescribí unos supositorios y le comenté que seguro que mejoraría.
Había pasado casi un año, cuando volvió por la consulta a solicitarme una nueva receta para repetir los supositorios aquellos que le prescribí, ya que le habían sentado muy bien. Extrañado, le comenté que de aquello hacía mucho tiempo y que no recordaba de qué medicamento se trataba, que para ello me tendría que traer la última caja que tuviese en casa, pensando que las había ido comprando sin receta de la Seguridad Social. Mayor fue mi sorpresa cuando me comentó que no había gastado nada más que una caja en todo el año. Pero mi estupefacción llegó al clímax cuando añadió que se había puesto diariamente uno por la mañana y otro por la noche. No sirvió de nada que le explicara que si la caja tenía diez supositorios, y se ponía dos cada día, la caja solo le podía durar cinco días, y que por lo tanto si el había hecho el tratamiento ininterrumpidamente durante casi un año, hubiese necesitado SETENTA Y TRES CAJAS.
Mi capacidad de asombro se puso a prueba cuando tajantemente me dijo:
- Doctor, yo me ponía el supositorio y me hacía efecto, pero luego al ir al cuarto de baño a defecar, salía entero y me daba lástima desperdiciarlo. Así que lo lavaba y me servía para la siguiente vez.
A partir de ahí comprendí todo: No le hubiera hecho falta ninguna medicina para aliviar su dolor. Algunos compañeros recordarán que antes de la era del plástico, se utilizaba para envolver los supositorios el papel plata y se introducían en frasquitos de vidrio de dos en dos. Nuestro amigo se los ponía con envoltorio incluido, y evidentemente los expulsaba enteros.

27 noviembre, 2001

Opiniones acerca de la pena de muerte

Dr. Bernabé Galán Sánchez
Presidente de la Comisión de Ética y Deontología Médicas
Iltre. Colegio Oficial de Médicos de la Provincia

He leído recientemente un artículo en una edición electrónica de Doyma, titulado “El color de la bata blanca”, cuyo autor Gonzalo Cansino, hace unas reflexiones acerca de una encuesta realizada a médicos de Estados Unidos sobre su consentimiento hacia la pena de muerte. Por su interés y actualidad permanente para nosotros que, por formación y convicción, luchamos cada segundo de nuestra vida contra la muerte, he intentado resumir y plasmar en nuestro boletín lo que aquel artículo comenta.

Aunque el título habla del color de nuestra bata, supongo que la noticia si se ha difundido, que supongo que sí, en EE.UU. habrá salido de distintas maneras en los medios de comunicación pero siempre alrededor del dato espeluznante de que “cuatro de cada 10 médicos de EE UU estaría dispuesto a colaborar en la ejecución de un condenado a muerte con una inyección letal”.

Esta cifra ha sido recogida de la encuesta que se publica en el último número de los Annals of Internal Medicine 1 con el título de “Physicians' Willingness To Participate in the Process of Lethal Injection for Capital Punishment”. Es preciso aclarar que no han influido para nada en los resultados los fatídicos acontecimientos del pasado once de septiembre, ya que la opinión se recogió antes de esa fecha, exactamente fue remitida en 1999 a 1.000 médicos de EE UU seleccionados al azar, con el propósito de valorar su predisposición a participar en una decena de aspectos relacionados con la administración de una inyección letal a un condenado a muerte. Ocho de estas acciones están expresamente prohibidas por las directrices de la American Medical Assocation y TODAS ELLAS contravienen el espíritu del juramento hipocrático y el principio máximo del “Primum non nocere”. De las mil encuestas enviadas, recibieron respuesta de 413 médicos, de los que el 41% reconocía que llevaría a cabo al menos una de las acciones y el 25% estaría dispuesto a realizar por lo menos cinco acciones no permitidas. Sólo un 3% de los encuestados parecía conocer los límites competenciales que marcan los códigos éticos profesionales.

Leyendo el artículo se me venía a la memoria la película de García Berlanga, “El verdugo” en la que el inolvidable Pepe Isbert interpretaba magníficamente su papel ejecutando a garrote vil a los condenados a muerte porque era su obligación.

Es conocida, según ese artículo, la indulgencia con la que los médicos americanos tratan a sus compañeros de prisiones. Pero el caso que nos ocupa llega a ser espeluznante, ya que al ser preguntados si ellos mismos colaborarían preparando e inyectando una sustancia letal a un condenado, gran parte de ellos comenta afirmativamente estando dispuestos a hacerlo.

Esta cifra nos debe llevar a reflexionar a nosotros mismos acerca de qué haríamos o mejor qué contestaríamos si nos hicieran la misma pregunta. Una cosa es la respuesta que demos y otra la realidad llegado el caso de tener que aplicar la inyección letal. Una cosa es certificar la muerte de un ajusticiado o prescribirle ansiolíticos mientras espera su hora final y otra muy distinta es participar en la muerte de una persona aunque la dicten las leyes, por ser contraria al Juramento Hipocrático y a nuestras normas éticas y deontológicas. Llegados a este punto es preciso clarificar nuestro Código de Ética y Deontología Médica actualizado en 1999, ya que en el artículo 27.3 explicita que “ningún médico provocará intencionadamente la muerte de ningún paciente, ni siquiera en caso de petición expresa de este.”, en el artículo 30.1 dice que “... jamás debe participar, secundar o admitir actos de tortura o de malos tratos...”, pero no nos aclara el punto origen de este artículo, aunque en nuestro país no exista la pena capital. Como conclusión podemos afirmar con los autores que hay una gran confusión en los médicos americanos “entre lo que son sus competencias profesionales y sus opiniones personales, entre lo que es ser un médico y un partidario de la pena de muerte”, y que estas dudas deberían quedar bien disipadas mediante una mejor formación en los aspectos éticos de nuestro ejercicio profesional.

1. Neil J. Farber, MD; Brian M. Aboff, MD; Joan Weiner, PhD; Elizabeth B. Davis, PhD; E. Gil Boyer, EdD; and Peter A. Ubel, MD. Physicians' Willingness To Participate in the Process of Lethal Injection for Capital Punishment. Ann Intern Med. 2001;135:884-888.

25 septiembre, 2001

El Colesterol

Dr. Bernabé Galán. Medico de Familia. Fuente Palmera

Desde hace unos años, la palabra colesterol entra dentro de la jerga común de los españoles. Raro es el día que no la oímos o la pronunciamos, casi siempre en relación al estado de salud de alguien o el propio. Podemos decir que este vocablo amenaza a muchas personas, les inquieta e incluso les ha hecho a mas de uno cambiar sus hábitos de vida, sus actitudes, su manera de relacionarse, etc.

El miedo que se tiene a las grasas, los lípidos o al colesterol puede crear ansiedad si no se sabe a qué es a lo que hay que temer.

Los lípidos son un componente fundamental de nuestro organismo, ya que forman parte de la estructura de las membranas celulares, son una fuente de energía para nuestro cuerpo, algunos son precursores de hormonas o vitaminas y también porque forman parte de las vainas de los nervios

A veces oímos decir que no se puede abusar de las grasas saturadas y que hay que tomar las insaturadas. Esto puede armarnos un gran lío. Sin embargo, los lípidos son un componente fundamental de nuestro organismo, formando la pared de las células. Por eso, en este artículo vamos a hablar de las grasas y sus distintos tipos, y en que alimentos se suelen encontrar.

Hay distintos tipos:
1. Ácidos grasos que pueden ser:
- Saturados. De origen animal como el cerdo, el cordero, los fiambres, el tocino, la mantequilla, los quesos grasos y la nata.
- Insaturados: presentes en el pollo sin piel, los pescados
- Monoinsaturados: del aceite de oliva
- Poliinsaturados: de origen vegetal como los aceites vegetales vírgenes (sin calentar), los frutos secos y los aguacates.
2. Acilglicéridos: monoglicéridos, triglicéridos etc
3. Colesterol. Típico de la yema de los huevos, los sesos, menudillos, mariscos
4.Otros: fosfolípidos, esfingolípidos.

El problema es que también participan en el proceso de la arteriosclerosis. Lo fundamental es que exista un equilibrio entre todas las variantes, favoreciéndose los lípidos menos predispuestos a la arteriosclerosis (menos aterógenos).

Además de los lípidos, hay que considerar las proteínas que los transportan (lipoproteínas) y los hacen solubles en sangre. Su desequilibrio también puede favorecer la arteriosclerosis. Las lipoproteínas son grandes moléculas que envuelven a los lípidos insolubles y los transportan desde el intestino al hígado y desde el hígado a los tejidos. Se clasifican en función de los lípidos que transportan y de su densidad.

Los quilomicrones son los más pesados transportan la grasa que comemos desde el intestino al hígado. En el hígado se transforman en distintos tipos VLDL, IDL, LDL y finalmente las HDL captan el colesterol depositado en los tejidos y lo lleva al hígado donde se reutiliza o se elimina en la bilis. El colesterol es más aterógeno cuando va unido a unas lipoproteínas que a otras.

Es conveniente, por todo ello, que la dieta tenga una composición equilibrada. Se recomienda que las grasas aporten del 20-30 % del total de calorías del día. La mitad pueden ser grasas saturadas, una cuarta parte o más monoinsaturadas y otra cuarta poliinsaturadas.

21 julio, 2001

Dejar de fumar

Dr. Bernabé Galán. Médico de Familia. Fuente Palmera

Si no se fumara, no existirían muchas de las enfermedades que normalmente terminan con la salud y con la vida de muchos cientos de miles de personas anualmente. Se calcula que más de cuatro millones de personas fallecen en el mundo cada año, por enfermedades directamente relacionadas con el consumo de tabaco: hipertensión, vasculopatías periféricas, hemorragias cerebrales, cardiopatías isquémicas, aneurismas de aorta, además de canceres de pulmón, esófago, laringe y cavidad oral.

En cada cigarro existen más de cuatro mil quinientas sustancias tóxicas diferentes, de las que destacan y son más conocidas la nicotina, el monóxido de carbono, la nitrosamina, los radicales tóxicos del oxígeno y la nitrosamina. Todas ellas, producen cambios en nuestro organismo, además de adicción, que nos llevan a la pérdida de salud. Pero, seamos positivos y, veamos qué ocurre cuando dejamos de fumar, y veámoslo poco a poco, conforme pasan los minutos, los días y los años de haber dejado de fumar: Estos datos los traigo sacados del XII Seminario sobre información de la Salud.

A los 20 minutos sin fumar, la tensión arterial y el pulso vuelven a niveles normales. A las 8 horas los niveles de nicotina y monóxido de carbono se reducen a la mitad y los niveles de oxígeno vuelven a la normalidad. A las 24 horas, ya no hay monóxido de carbono en el cuerpo y los pulmones comienzan a eliminar moco y restos dañinos producidos por el tabaco. A los 2 días sin fumar, no queda nicotina en el cuerpo y mejora la capacidad de gusto y olfato. Al tercer día, la respiración es más agradable ya que los bronquios comienzan a relajarse permitiendo la entrada de aire más fácilmente. La circulación mejora ostensiblemente cuando se lleva de 2 a 12 semanas sin fumar. En el tiempo que transcurre de 3 a 9 meses después de haber dejado de fumar, los pulmones funcionan mejor hasta un diez por ciento, y mejoran los problemas que se tenían de tos y ahogo. Cuando se llevan 5 años sin fumar, se reduce a la mitad el riesgo de sufrir un paro cardíaco por culpa del tabaco. Si se es capaz de llegar a los 10 años sin fumar, se debe saber que el riesgo de padecer un cáncer de pulmón se reduce a la mitad, y el riesgo de sufrir un paro cardíaco se reduce de tal manera que se iguala al de una persona que no haya fumado nunca.

Sea positivo: DEJE DE FUMAR.

02 febrero, 2001

PROPUESTA DE CREACION DE LA FIGURA DEL DEFENSOR DEL TRABAJADOR DEL SAS.

Por Dr. Bernabé Galán Sánchez
Médico de Fuente Palmera (CÓRDOBA)

INTRODUCCIÓN

El Defensor del Trabajador del SAS trabajará en aumentar la satisfacción de los trabajadores de la Sanidad Andaluza, así como mantener e incrementar la motivación de los mismos. Para ello podría ser muy productiva e interesante la idea de crear, dentro de la estructura de la Consejería de Salud, el puesto o figura de alguien que fuese como una especie de “defensor del pueblo” donde cualquier profesional o trabajador del SAS, que pensara que se le está perjudicando por parte de algún directivo de dicho organismo, pudiera acudir con confianza a exponer lo que le está ocurriendo.

JUSTIFICACIÓN

Al ser la Atención Primaria la piedra angular del sistema de Salud, podría comenzarse de forma piloto promoviendo la aparición de esta figura.

He captado en conversaciones y escritos de muchísimos compañeros, tanto sanitarios como no sanitarios, que gran culpa de que la Atención Primaria no avance y cumpla sus objetivos es precisamente debido a la falta de comunicación y a la actuación prepotente de muchos Directores de Distrito, que se sobrepasan en sus actuaciones y exigencias, buscando solo rentabilidad económica (que al final es por todos conocida: tanto la que repercute en la población, que no se ve, como la que repercute en el bolsillo de los Directores vía productividad variable). Lo más lamentable del caso, y no se dan cuenta de ello los dirigentes, es que la prepotencia es percibida claramente por los trabajadores, debido a que los cargos directivos no saben exponer de una manera clara y solidaria los objetivos de la Consejería.

Esa falta de saber exponer de los cargos directivos es debida, sin lugar a dudas, a varios factores:

1. El miedo a ser despedidos si no cumplen los objetivos marcados, y por consiguiente acabar en el paro, ya que los cargos en su mayoría están ocupados por personas que no tienen otro sitio donde ir.

2. La falta de sensibilidad con los trabajadores, debido a que gran parte de los directivos nunca han trabajado en la base (esto es atendiendo enfermos) y no han interiorizado jamás lo que es trabajar en un centro de salud y las circunstancias y vivencias que surgen e impregnan a esta actuación.

3. Los cargos directivos no consideran a los trabajadores como compañeros, quienes se dan cuenta de este detalle, perjudicando la comunicación entre ambas instancias.

4. Otro factor que influye así mismo es el hecho de que muchos (tal vez algo más de la mitad) de los Directores de Zonas Básicas, son Enfermeros. Para esta profesión no tengo más que elogios y cariño (mi padre es Enfermero); pero sin menospreciar su labor, creo que no es conveniente para el sistema sanitario andaluz esta circunstancia: no logran comunicar a los médicos cuales son sus funciones y objetivos a alcanzar, debido a que existen muchas áreas de la actuación médica que desconocen. Este hecho da lugar a comentarios, en ocasiones despectivos y faltos de educación por supuesto, que son oídos por el personal no sanitario, aumentando la falta de confianza y respeto a la Dirección y por consiguiente disminuyendo la “producción”.

5. Los Directores de Distrito, han dejado de ir por los Centros de Salud, con la frecuencia con que antes lo hacían. Ahora si van es aprovechando la visita al Ayuntamiento o algún otro motivo que no tiene que ver directamente con el día a día de la ZBS. Por supuesto no se preocupan de reunir al equipo o parte del mismo para cambiar impresiones, enteraarse directamente de sus problemas o inquietudes, felicitarlo, alentarlo, entusiasmarlo, etc. Esto solo lo hacen cuando tienen que armar una bronca porque se está gastando mucho en medicamentos.

6. Tal vez la causa más grave de esta falta de comunicación y sensibilidad sea la prolongada permanencia en el mismo cargo, sin pasar cada cierto tiempo por la base, con objeto de conocer la problemática en la “propia piel”.

7. Los Directores de Distrito son conscientes y así lo comentan de que no son imprescindibles. De hecho muchas de las Zonas Básicas podrían constituirse como unidades clínicas autogestionadas, si no tuvieran que relacionarse con el Distrito y lo hicieran directamente a nivel provincial e incluso con Servicios Centrales.


Al final lo que ocurre es que los trabajadores (médicos, enfermeros, trabajadores sociales, administrativos, celadores, etc) “cumplen” con su trabajo, porque, salvo excepciones, el personal es responsable; pero pasan del Distrito y de las directrices que les comunica la Dirección de ZBS. Los objetivos van saliendo adelante pero creo que podríamos mejorar enormemente si la mayoría de los trabajadores estuvieran motivados y sintieran que lo que están haciendo, además de ser su trabajo, si lo hacen mejor redundaría, además de mejorar la salud de los andaluces, en su propia calidad de vida como trabajadores y asalariados.

CONCLUSIÓN

Todo lo anteriormente expuesto puede llevarnos a la reflexión resumida de que sea conveniente la figura que propongo, ya que conociendo desde la base el trabajo diario y las circunstancias que lo rodean, puede influir bastante en que no se cometan tropelías ni abusos en ningún sentido (ni de los Directores hacia abajo y por supuesto desde la base hacia arriba o hacia la población).

PERFIL

1. Médico/a de Atención Primaria en activo.

2. Dedicación mixta: 4 días a la Oficina del Defensor del SAS y 1 día de trabajo en el Centro de Salud de donde proceda.
3. Experiencia en Gestión (Dirección de Distrito, Dirección de Zonas Básicas)
4 . Conocido/a y apreciado/a. Persona de consenso. Aceptado/a tanto por la Consejería como por Sociedades Científicas, Sindicatos, Asociaciones, etc.

FUNCIONES

1. Primordialmente MOTIVAR a los trabajadores.

2. Recibir quejas y reclamaciones de los trabajadores, sin entrometerse en el terreno sindical.

3. Filtrar dichas quejas y motivos de descontento y desmotivación a la instancia superior correspondiente e incluso a la Consejería.

4. Visitar periódicamente aquellos Equipos en los que se detecte falta de motivación.

5. Entrevistarse “de tú a tú” con los trabajadores que denoten falta de interés por el trabajo y aclararle sus ideas, tras identificar el problema que puede estar motivando la falta de productividad manifestado en bajas repetidas, gasto elevado, reclamaciones, etc.

6. Las que se vayan añadiendo conforme vaya desarrollando su función y redunde en mejorar la motivación de los trabajadores y por ende en la mejora de la salud de la población andaluza.

18 enero, 2001

MEDIDAS PARA EVITAR ALERGIA AL POLVO EN EL HOGAR

Dr. Bernabé Galán. Médico de Familia. Fuente Palmera.
La alergia al polvo se produce como una reacción del sistema inmunitario de las personas especialmente sensibles a determinadas proteínas contenidas en los excrementos o en el cuerpo de los ácaros.
Estos pequeños seres microscópicos (miden menos de medio milímetro), son muy abundantes y se presentan en una amplia variedad de especies, algunas de las cuales se encuentran en nuestras casas causando la alergia al polvo en muchas personas, que como hemos dicho antes, son especialmente sensibles.
Podemos encontrar ácaros en todos los tejidos, sobre todo en colchones, almohadas, cortinas, alfombras y tapicerías. Por lo tanto, toda actuación sobre estos elementos del hogar, beneficiará nuestra salud.

Resultado de imagen de alergia a los acaros

Pero, ¿qué podemos hacer?:
* Ventilar la casa diariamente.
* Procurar que no haya humedad dentro de la vivienda. Para ello es importantísimo que las casas se encuentren bien aisladas, enlucidas y encaladas.
* Evitar la presencia en las casas de animales con pelo o plumas.
* Lavar las sábanas semanalmente con agua caliente a 60º.
* Evitar todo aquello que pueda acumular el polvo (moquetas, alfombras, tapices, cortinas gruesas, etc.)
* Ayudarse siempre de un paño húmedo para quitar el polvo.
* Pasar un aspirador potente por muebles y colchones. Este aspirador deberá ir provisto de unos filtros adecuados.
* Puede tener utilidad el colocar fundas especiales en colchones y almohadas.
* Los colchones nunca deben ser de lana, plumas o miraguano, sino por el contrario, es aconsejable que sean de material acrílico (poliuretano), y por supuesto deben ser duros, para prevenir padecimientos de espalda.
* Por último es recomendable utilizar un acaricida periódicamente con objeto de reducir el nivel de ácaros en el hogar.

03 diciembre, 2000

Medicamentos Genéricos

Desde el pasado día 1 de diciembre, ha comenzado a aplicarse el Real Decreto sobre medicamentos genéricos y precios de referencia, en todo el territorio nacional. Como es algo que afecta a todos los contribuyentes-usuarios del Sistema Nacional de Salud, no está de más el hacer algunas aclaraciones aunque la mayoría de los lectores no son ajenos a los anuncios que últimamente se están difundiendo en los distintos medios de comunicación.

Pero ¿qué son los genéricos? Son unos medicamentos idénticos a los originales: moléculas iguales y son intercambiables con ellos, pero con la diferencia de tener un precio sensiblemente inferior a los originales.

¿Por qué valen más baratos sin son iguales? La respuesta está en que los originales tuvieron unos elevados gastos de investigación hasta descubrirlos y comercializarlos. Durante 10 años, esos medicamentos originales no pueden ser comercializados nada más que por el laboratorio investigador y descubridor, pero pasado ese tiempo, cualquier otro laboratorio puede solicitar al Ministerio de Sanidad licencia para comercializar el producto original con el nombre genérico, si bien ha de demostrar que el medicamento genérico contiene las mismas sustancias activas, la misma cantidad, y posee idénticas eficacia terapéutica y tolerancia que el primero.

Al existir considerables diferencias de precio en muchos medicamentos iguales, el Ministerio de Sanidad ha querido poner un poco de orden y de esta manera disminuir el gasto farmacéutico. Para ello ha puesto en práctica el Decreto de los precios de referencia: se refiere a los precios que ha establecido para algunos medicamentos y que será el que el Estado va a financiar, corriendo el resto a cargo del bolsillo de cada usuario. Por lo tanto si el médico, tanto el de cabecera como cualquier otro, le receta un medicamento con precio superior al de referencia, el farmacéutico le sustituirá el medicamento prescrito por un genérico y no tendrá que abonar nada si es pensionista (receta roja) o la parte proporcional como hasta ahora si es activo (receta verde). Sin embargo, si el paciente no quiere que le sustituyan el medicamento prescrito por el médico tendrá que pagar además del porcentaje establecido, la diferencia de precio existente entre el prescrito y el de referencia.

Quiero terminar este artículo pidiendo la colaboración de todos. Según los expertos, con esta medida se podrá obtener un ahorro de más de treinta mil millones de pesetas al año, que indudablemente redundarán en beneficio de todos los españoles.

¡Salvad El Gollizno de Adamuz!

VER ARTÍCULO EN ESTE ENLACE https://x.com/BernabeGalan/status/1825946635131912380  

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