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05 marzo, 2003

Los principios del Alzheimer: 10 SIGNOS DE ALARMA

Dr. Bernabé Galán Sánchez. Médico de Familia. Fuente Palmera

En los últimos tiempos vemos y oímos por los distintos medios de comunicación el progresivo avance que van teniendo las enfermedades que producen deterioro mental. Una de ellas, tal vez la más conocida, es la enfermedad de Alzheimer. A continuación detallo diez signos a tener en cuenta para sospechar el inicio de este padecimiento. Estos signos de alarma pueden ser comunes a otras demencias relacionadas. El hecho de que alguien presente alguno de ellos no significa que tenga demencia, pero sí es conveniente consultar al médico.
1. Disminución de la memoria reciente que afecta el desempeño en el trabajo.
Es normal olvidar temporalmente un número de teléfono, pagar una cuenta o el nombre de un compañero de trabajo; si estos olvidos son lo suficientemente frecuentes y definitivos y si no se logra recuperar la información perdida como para interferir con el trabajo diario (dentro o fuera de casa) y , además, la persona es muy reiterativa en solicitar la misma información, es recomendable acudir al médico para una valoración más detallada.

2. Dificultades en el desempeño de tareas familiares.
La distracción y la falta de concentración con frecuencia hacen que las personas olviden cosas, como dejar un pastel en el horno, preparar la comida o alguna otra tarea familiar; si esta tarea es olvidada, ya sea porque no la ha realizado o ha olvidado que la ha realizado, la persona debe acudir al médico para una valoración más detallada.

3. Problemas del lenguaje.
Tener dificultades en encontrar una palabra ("la palabra exacta"), pero conservando la estructura de la oración, es algo que ocasionalmente le pasa a todas las personas; si esto es más frecuente de lo habitual, o si la palabra es sustituida inadecuadamente, junto a la pérdida de la estructura de la oración haciéndola incomprensible, la persona debe acudir al médico para una valoración más detallada.

4. Desorientación en tiempo y lugar.
Perderse en un lugar conocido o no saber el día de la semana es algo que puede suceder ocasionalmente, especialmente cuando se está muy distraído (en estos casos la persona suele buscar puntos de referencia o preguntar rápidamente a alguien sobre su situación); no obstante, si ocurre que la persona se pierde en su propia calle, no sabe dónde está, cómo llegó allí o cómo puede regresar a su casa (quedándose perplejo si saber que hacer), deberá acudir al médico para una valoración más detallada.

5. Pobre o disminuida capacidad de juicio.
Ocasionalmente puede suceder que una persona esté realizando una actividad tan intensamente y tan concentrada que olvide temporalmente, por ejemplo, que sus hijos pequeños o nietos (que están a su cuidado) se están bañando. Si la persona además de olvidar esta actividad que están realizando los niños, olvida que están a su cuidado y se marcha del lugar, la persona debe acudir al médico para una valoración más detallada.

6. Problemas con el pensamiento abstracto.
Cualquier tipo de actividad de la vida diaria que involucre directa o indirectamente operaciones matemáticas, por ejemplo, manejar la chequera o realizar un balance de las cuentas domiciliarias, puede ocasionalmente generar errores de cálculo o manejo, si bien estos suelen ser descubiertos más tarde o más temprano. Si esto sucede asociado a la pérdida del significado de los números, de las operaciones o del sentido de realizar el manejo, la persona debe acudir al médico para una valoración más detallada.

7. Extraviar las cosas.
Que se extravíen "cosas" es algo tan normal como encontrarlas; la persona generalmente reconstruye los hechos hasta lograr encontrar las cosas, o bien, puede dejarlo para más tarde. Si las "cosas" extraviadas son encontradas en lugares inapropiados (p.ej., las llaves del coche en el congelador, los zapatos en el tarro de las galletas) o la persona no logra recordar los hechos, el lugar donde las guardó o el haberlas guardado, deberá acudir al médico para una valoración más detallada.

8. Cambios del ánimo o del comportamiento.
Los cambios de humor (entre tristeza y alegría) suelen ser normales mientras estos no sean muy intensos ni duraderos ni afecten el funcionamiento diario de las personas ("todos tenemos días buenos y días malos"). Si estos cambios son bruscos, sin razón aparente y afectan el funcionamiento diario, la persona debe acudir al médico para una valoración más detallada.

9. Cambios en la personalidad.
La personalidad es algo que permanece más o menos constante a lo largo de los años, cambiando solo en las edades transicionales y afianzando los rasgos de la misma. Si los cambios en la persona son drásticos y persistentes (se torna suspicaz, agresivo, temeroso, desconfiado), es decir, como si se estuviera convirtiendo en "otra persona", deberá acudirse al médico para una valoración más detallada.

10. Disminución de la iniciativa.
Es normal aburrirse o cansarse de las actividades de la vida diaria (trabajo, negocios, obligaciones sociales, etc.), no obstante, esto suele ser pasajero y la persona recupera su iniciativa. Si la persona se vuelve progresivamente más pasiva, incluso abandonando sus actividades lúdicas, y necesitan de la guía y el empuje de otros constantemente, la persona debe acudir al médico para una valoración más detallada.

27 diciembre, 2002

CÓDIGO EUROPEO CONTRA EL CÁNCER

Dr. Bernabé Galán Sánchez.
Médico de Familia. Fuente Palmera


1. No fume

2. Si bebe alcohol, sea moderado

3. Aumente el consumo de frutas y verduras

4. Evite el exceso de peso

5. Tome el sol con precaución

6. Respete estrictamente las normas dedicadas a evitar cualquier tipo de exposición a sustancias cancerígenas.

7. Consulte al médico si nota algún bulto, una herida que no cicatriza, un lunar que cambie de forma, tamaño o color, o cualquier pérdida anormal de sangre.

8. Consulte al médico en caso de problemas persistentes, tos, ronquera permanente, ...

9. Hágase un frotis vaginal regularmente

10. Examine periódicamente sus senos.

CONSTITUCIÓN DE LA JUNTA LOCAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA CONTRA EL CÁNCER

Dr. Bernabé Galán Sánchez. Médico de Familia de Fuente Palmera.
Vicepresidente Junta Local AECC

Recientemente se ha constituido la Junta Local de la Asociación Española contra el Cáncer, de la Colonia de Fuente Palmera. En la misma figuran como responsables los siguientes vecinos de nuestro municipio: Presidente: Manuel Ruiz Adame, Vicepresidente Bernabé Galán Sánchez, Secretaria Dolores Ruiz Rosal, Tesorera Manuela Castell Beurno, Vicesecretario Francisco López Vidal, y vocales Dolores Domínguez Manzano, Dolores Ruiz Adame, Concepción Moro Domínguez y Francisco López Rossi.

Esta Asociación que carece de finalidad lucrativa, y todos sus cargos son ejercidos de manera altruista y voluntaria, sin remuneración, tiene como objetivos unos amplios ideales en la lucha contra el cáncer como pueden ser la organización y establecimiento de servicios en pro de la prevención, investigación, tratamiento, apoyo a enfermos y familiares, formación, campañas divulgativas, relaciones con instituciones públicas y privadas, etc.

La Junta Local, comenzará su actividad convocando a los vecinos de la Colonia a una reunión informativa con objeto de darse a conocer los componentes de la misma, exponer los proyectos a llevar a cabo y captar el máximo número de socios y colaboradores que hagan posible la realización de los mencionados proyectos.

Como adelanto de lo que se podrá hacer en la Colonia, véase la muestra de algunas actividades realizadas en la provincia durante el año 2002: programa “Vivir como antes”, atención psicológica, masaje linfático, talleres ocupacionales, voluntariado testimonial, mamografías, programa de rehabilitación de la voz, programas de prevención, etc.

Esperamos la asistencia de la mayor parte de los vecinos a la reunión que convoquemos próximamente y que comencemos a trabajar a favor de los afectados de esta terrible enfermedad.

12 octubre, 2002

El envejecer no implica perder la memoria

Dr. Bernabé Galán Sánchez. Médico de Familia. Fuente Palmera

Es muy común escuchar a las personas que pasan de cierta edad comentar que están perdiendo memoria conforme van pasando los años. Este tópico tan extendido está siendo rebatido por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (INE), gracias a investigaciones recientes.

Estos estudios sugieren que la pérdida de la memoria no es parte del proceso natural de envejecer, y que el mantener la mente activa es la clave para mantener un buen funcionamiento del cerebro. La investigación sugiere que quien no usa su memoria, la pierde. Según el Dr. Andrew Monjan, Director del Programa de Neurobiología del Envejecimiento en el INE "se está cambiando el viejo mito de que cuando envejecemos nos volvemos seniles. Estamos aprendiendo que la demencia y la pérdida de memoria comúnmente asociadas con la edad no son, de hecho, parte del proceso normal de envejecer".

Sin embargo, la realidad es que vemos que algunas personas mayores, aunque no todas, presentan pérdida de memoria. ¿A qué es debido esto? Existen enfermedades que pueden tener efectos negativos sobre las células cerebrales, como puede ser disfunción o muerte celular: infecciones virales, problemas crónicos de insomnio, problemas de alcoholismo y abuso de drogas y desórdenes del cerebro o del sistema nervioso, tales como la enfermedad de Parkinson o un historial de derrames pequeños o accidentes cerebrovasculares. Estas enfermedades tienen mayor probabilidad que el envejecimiento normal de causar esa pérdida de memoria que tanto preocupa a los que van llegando a esa edad límite.

Otro de los mitos que se está refutando en la actualidad es aquel por el que siempre se ha pensado que las células cerebrales estaban contadas, y que la que se perdía no se recuperaba. Sin embargo, como dice la Dra. Molly Wagster, Directora del programa de becas del INE, "nuevas investigaciones en el campo celular nos dicen que las células cerebrales continúan naciendo aún en la etapa adulta".

Las nuevas tecnologías de imágenes - resonancia magnética funcional de la imagen y la tomografía de emisión de positrones - le permiten a los científicos ver por primera vez lo que sucede en el cerebro de un individuo mientras está realizando tareas o procesando información. Incluso, gracias a estos avances, se puede examinar cómo el cerebro de una persona mayor memoriza y recupera información en comparación con la manera en que lo hace el cerebro de una persona joven.

Podríamos resumir este artículo dándole la razón a nuestros abuelos: El secreto de mantener una mente y un cuerpo sanos está en nutrirse correctamente, descansar bien y realizar diariamente ejercicio tanto mental como físico.

10 octubre, 2002

Anorexia y Bulimia: el culto a la imagen puede producir la muerte.

Dr. Bernabé Galán Sánchez. Médico de Familia. Fuente Palmera.


Anorexia y bulimia son dos términos que se escuchan cada día más. Estas palabras nos sugieren ideas de obsesión por no decir esclavitud por el cuerpo, adicción a las dietas, influencia de las modas, etc. Pero no solo se trata de esto. Es algo más complejo y lo que es peor: estas enfermedades también significan la posibilidad de perder la vida por empeñarse en tener un cuerpo delgado.

Estos dos trastornos de la alimentación, que tienen en común el miedo a ganar peso han aumentado en forma preocupante en las últimas décadas, siendo las mujeres, especialmente jóvenes adolescentes, las principales víctimas si bien cada vez se van viendo más hombres con esta problemática en los últimos años.

Podríamos señalar como culpables de estos trastornos a los medios de comunicación que permanentemente están dando unos patrones de belleza envidiables, haciendo parecer que esta y la delgadez son una garantía de éxito y felicidad. Ello hace que se conviertan en una meta a alcanzar para muchos que incluso llegan a sacrificar su salud a cambio de conseguir la ‘silueta’ que la sociedad impone.

Si a este acoso social le añadimos una personalidad inestable, una infancia no del todo feliz, una incomprensión por parte de familiares y amigos, una falta de relación o algún desengaño sentimental, etc., tenemos todos los ingredientes para caer en alguna de estas patologías.

Es importante estar atentos a nuestros hijos para poder detectar la enfermedad en sus primeros síntomas: ambas enfermedades empiezan con una dieta. Esto no quiere decir que todas las personas que se sometan a un régimen de bajas calorías terminen siendo bulímicas o anoréxicas. Pero sí se ve después que las personas que padecen estas enfermedades comenzaron con una dieta y después les vino el pánico a engordar o a recuperar el peso perdido.

Tanto la anorexia como la bulimia tienen síntomas comunes: el miedo a engordar, la preocupación por las comidas, el tener una imagen deformada de su cuerpo, el engaño a los padres y amigos respecto a la alimentación, el culto al cuerpo, el ejercicio intensivo, el aislamiento social y la pérdida autoestima son signos que aparecen en estas enfermedades.

Sin embargo hay características que diferencian una de otra: Por ejemplo, una persona bulímica come en forma compulsiva y a escondidas. Se da los famosos ‘atracones’ en los que ingiere cantidad de comida equivalente a la ingesta diaria de una persona normal (especialmente dulces y alimentos de alto contenido calórico). Luego recurre al vómito o a los laxantes o a ambos para ‘compensar’ el exceso. No come en público, usa ropas sueltas, y utiliza mucho los edulcorantes. Las personas bulímicas tienen problemas con sus piezas dentarias y su peso corporal está en permanente oscilación.

En el caso de las anoréxicas, ‘la autodisciplina’ es rigurosa. Una persona con anorexia se somete a regímenes estrictos que pueden llegar a significar la ingesta de una sola comida por día. Juegan con la comida en el plato y les encanta cocinar para otros. Además tienen una imagen ‘deformada’ de su cuerpo. Siempre se ven ‘gordas’, aún cuando están 20 kilos por debajo de su peso normal. Es más, aún cuando su rostro evidencia que ya no son ‘saludables’, muchas anoréxicas se niegan a aumentar su ración de comida, con el riesgo de morir. La falta de menstruación (amenorrea) es uno los síntomas claves en esta enfermedad. Palidez, sensación permanente de frío y debilidad son otras características de esta enfermedad.

¿Qué puede pasar?

Este tipo de trastorno puede durar muchísimo tiempo si la persona no recibe ayuda médica y psicológica. Cuánto más se prolongue la enfermedad, más se deteriora su salud y la autoestima puede llegar a niveles tan bajos que no descartaría un suicidio. Si no reciben tratamiento a tiempo, estas enfermedades pueden ser mortales.

¿Cómo ayudar?

Raramente una bulímica o una anoréxica admitirán públicamente sus problemas o pedirán ayuda. Si lo hacen, a veces es demasiado tarde. Por eso, la ayuda de la familia y de los amigos es clave en esta problemática, como lo es la consulta a especialistas, que son quienes realmente podrán guiar a los enfermos hacia su curación, que en la mayoría de los casos es posible.

21 septiembre, 2002

Factores dietéticos del cáncer y su prevención

Dr. Bernabé Galán. Médico de Familia. Fuente Palmera

Es un hecho evidente que cada vez son más numerosos los casos de cáncer que se presentan a nuestro alrededor. Rara es la familia a la que no haya sacudido esta enfermedad.

También oímos comentar e incluso nosotros mismos lo hemos pensado alguna vez que la modernidad, el avance, las nuevas tecnologías, la alimentación que tenemos puede que tenga algo que ver en esta creciente “epidemia”. Pocos dudan que la dieta es uno de los factores cruciales en el desarrollo del cáncer. Los diversos estudios que se han realizado sobre este tema, son tajantes y elocuentes: confirman que el 30 % de los canceres son achacables a factores dietéticos. Sin embargo, en los países menos desarrollados, la dieta tiene una importancia algo menor, pues se considera responsable de un 20% de todos los cánceres. ¿Habeis oído el comentario de nuestros mayores acerca de que antiguamente no había tantos cánceres?

En teoría, la dieta sería la segunda causa prevenible del cáncer por detrás del tabaco. ¿Qué conclusiones prácticas deberíamos sacar de toda la investigación acumulada en las últimas décadas sobre las posibles asociaciones entre la dieta y el cáncer? ¿Cómo y qué hay que comer para prevenirlo? Las respuestas que suelen dar los expertos son, a la postre, tan simples y generales, tan poco técnicas si se quiere, que se confunden con las que daría un lego con sentido común.

Hacía falta un buen artículo de revisión que abundara en el tema y aclarara la cuestión. En una revista de prestigio como es The Lancet nos encontramos en su número del 14 de septiembre de 2002 con el título de “Efectos de la dieta sobre el riesgo de padecer cáncer”. La última frase del artículo es la sentencia final de algo que intuíamos y nos da una recomendación definitiva: “Por ahora, lo aconsejable es mantener un peso sano, restringir el consumo de alcohol, y seleccionar una dieta convencionalmente equilibrada que asegure una adecuada ingesta de fruta, vegetales y cereales”. Lo que más nos llama la atención es la invocación a la dieta convencional y tradicional, como reconociendo que el equilibrio dietético es un asunto de sabiduría popular, que antes (hasta la segunda mitad del siglo XX, según se especifica en el artículo) se comía de forma más equilibrada, y que las frutas, los vegetales y los cereales son la sota, el caballo y el rey de una dieta sana que, probablemente, previene el cáncer.

Entrando algo más en detalles de este trabajo realizado por la Unidad de Epidemiología de la Universidad de Oxford (Reino Unido), añade que la obesidad aumenta el riesgo de cáncer de esófago, colon y recto, mama, endometrio y riñón, y que el alcohol causa cáncer en la cavidad oral, faringe, laringe, esófago e hígado, y aumenta ligeramente el riesgo de cáncer de mama. Tras reconocer las dificultades metodológicas y la escasa fiabilidad de las estimaciones de la ingesta de nutrientes, aseguran que en 30 años de investigación se han establecido muchas hipótesis y muy pocos determinantes dietéticos del cáncer, incluso para los colorrectales, contra lo que muchos piensan. ¿Y que hay de la fibra, la carne y las vitaminas? Pues, de momento, hipótesis.

13 septiembre, 2002

Consejos a las embarazadas


Dr. Bernabé Galán. Médico de Familia. Fuente Palmera

Cuando esperamos un hijo, la ilusión con que se viven los momentos y los deseos de que todo vaya bien y nazca un bebé hermoso y sano se encuentran a veces con algunas incertidumbres que nos inquietan y que llevan a hacerse algunas preguntas. El presente artículo escrito como si fuese una entrevista puede servir para aclarar algunas de estas cuestiones:

¿Qué debo comer?

Deberá comer alimentos variados en los que predominen los naturales y frescos y abundante leche. La base principal de la dieta la constituyen: fruta, verdura, pan, cereales, arroz, pasta, carne, pescado, judías, huevos y alimentos lácteos (leche, yogur y queso) bajos en grasas. La carne debe tomarse muy cocida.
Intente evitar los caramelos, bebidas gaseosas y limitar al máximo los productos de pastelería, bollerías y precocinados.
No tome más de dos cafés al día.

¿Qué debo hacer si tengo náuseas y vómitos?

Algunas mujeres presentan náuseas y vómitos cuando están embarazadas. Suelen ser más frecuentes por la mañana, aunque en ocasiones pueden presentarse a lo largo del día. Normalmente son más comunes en las fases precoces del embarazo, tienden a disminuir según avanza éste y suelen desaparecer en el segundo trimestre. No afectan a su hijo.
Puede ser útil:
- Comer pequeñas cantidades a lo largo del día, de tal manera que nunca esté demasiado llena ni con demasiada hambre.
- Evitar los alimentos ricos en grasa.
- Tomar una alimentación rica en carbohidratos (arroz blanco, tostadas, patatas).
- Comer galletas saladas y otros alimentos similares cuando tenga náuseas.
- Tomar postres de gelatina, helados de sabores, caldo de carne, infusiones azucaradas descafeinadas.
- Debe evitar: alimentos cocinados con grasas o carnes grasas, mantequilla, margarina o salsas, mahonesa, alimentos ácidos (frutas cítricas y tomates), alimentos fritos y alimentos condimentados.

¿Qué debo hacer si tengo gases y ardores?

Si tiene gases o diarrea después de comer o beber productos lácteos, evite comer productos que contengan lactosa.
Si tiene ardores después de las comidas, procure comer menos cantidad y más a menudo.

¿Cuánto peso debo ganar?

Entre 9 y 11 kg en mujeres de peso normal, hasta 12 kg en delgadas y no debe sobrepasar los 7 kg en mujeres con más del 20% de sobrepeso.
En el primer trimestre el aumento de peso debe estar comprendido entre 900 y 1.800 g y hasta 300-400 g semanales después.


¿Puedo tomar cualquier tipo de medicamento?

No debe tomar ningún fármaco por "sencillo" que le parezca sin antes consultar a su médico de cabecera.
Es posible que durante el embarazo su médico le prescriba un suplemento de hierro, porque durante este período las necesidades de este elemento están muy aumentadas. También le recomendará tomar ácido fólico, con el fin de disminuir el riesgo de que su bebé tenga defectos en la médula espinal.

¿Puedo seguir fumando y/o bebiendo alcohol?


Debe abandonar el hábito del tabaco. Fumar en el embarazo puede dar lugar a que su hijo nazca con poco peso. Por otra parte, son más frecuentes los abortos espontáneos en las mujeres fumadoras.
Lo mismo debe hacer con el alcohol. Las mujeres embarazadas que beben bastante alcohol tienen también con mayor frecuencia abortos espontáneos e incluso su hijo puede nacer con serios problemas de salud.

¿Cómo deben ser mis hábitos higiénicos?

Es muy importante que cuide su boca, ya que durante este período son muy frecuentes las caries.
Aunque pueda bañarse o ducharse según prefiera, en el último mes es aconsejable la ducha.
Procure también darse masajes en sus mamas, para prepararlas para la lactancia.


¿Y respecto al descanso y ejercicio?

Es conveniente que duerma entre 8 y 10 horas diarias. Si practica un deporte que requiere gran desgaste físico debe abandonarlo; sin embargo, puede hacer gimnasia (sobre todo la de preparación al parto) y caminar, que es muy recomendable.

¿Qué ropa y calzado puedo utilizar?

Debe utilizar ropa cómoda que no oprima el cuerpo. Los zapatos no deben ser muy altos para evitar caídas. Las fajas pueden beneficiarle si ya ha tenido más de tres embarazos.

¿Puedo viajar?

El mejor período para viajar es entre el cuarto y séptimo mes de gestación. Se debe procurar que los trayectos sean cortos (no más de 2 horas), y si lo hace en automóvil, debe colocar el cinturón de seguridad por debajo del abdomen.

¿Puedo mantener relaciones sexuales?
Sí, a no ser que éstas le provoquen hemorragias o contracciones.

¿Y trabajar?

Normalmente sí, excepto si está en contacto con productos tóxicos o tenga que permanecer en pie o caminando muchas horas. En este caso habría que valorar su situación.

¿Algo más?

Debe evitar el contacto con gatos.

¡Salvad El Gollizno de Adamuz!

VER ARTÍCULO EN ESTE ENLACE https://x.com/BernabeGalan/status/1825946635131912380  

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